Unas intensas lluvias en la zona en que se presume que cayó el avión de Air France que desapareció en el Atlántico el pasado domingo dificultaban hoy la búsqueda de restos, que aun así se mantenían, informaron fuentes oficiales brasileñas.

"Se ha presentado mucha lluvia y eso perjudica la visibilidad", declaró el brigadier Ramón Cardoso, director del Departamento de Control del Espacio Aéreo brasileño.

Las operaciones de búsqueda, que comenzaron a primera hora del pasado lunes, se concentran en una zona próxima a las islas de Sao Pedro y Sao Paulo, unas formaciones rocosas deshabitadas situadas a unos 704 kilómetros del archipiélago Fernando de Noronha y a 1.300 kilómetros de Recife.

En las tareas participan aviones y barcos de Brasil, Francia, Estados Unidos, España y otros países, que tras cuatro días de búsqueda no han logrado hallar ningún vestigio del Airbus A330-200, que había partido de Río de Janeiro rumbo a París con 228 personas a bordo.

El brigadier Cardoso explicó que, pese a las dificultades que causaban hoy las lluvias, el perímetro de búsqueda, delimitado en principio a un radio de unos 220 kilómetros, "ha sido ampliado" en una dimensión que no precisó, debido a que las fuertes corrientes en la zona pueden desplazar los posibles restos.

La víspera, un helicóptero Lynx de la Marina brasileña recogió algunos materiales que inicialmente se creyó que pertenecían al avión desaparecido, pero luego la información fue desmentida.

También se descartó que unas manchas de aceite avistadas desde el aire, que se extendían a lo largo de varios kilómetros, hayan sido producidas por el Airbus de Air France, lo que ha ampliado aún más el manto de misterio en torno a la desaparición del avión.