Unas 18.500 personas perdieron sus casas a raíz de las fuertes lluvias que azotan a la provincia brasileña de Santa Catarina, en el sur del país, informó hoy la Defensa Civil.
En total, unas 106.000 personas se vieron afectadas por las precipitaciones. Además de los que perdieron sus viviendas, otros damnificados perdieron sus cultivos, quedaron aislados o tuvieron que abandonar sus hogares aunque éstos no hayan resultado destruidos.
En toda la provincia, las autoridades decretaron situación de emergencia en 65 ciudades.
Además, cuatro carreteras están bloqueadas y el río Araranguá está dos metros por encima de su nivel normal, por lo que se teme su inminente desborde.
Según estimativas preliminares, las lluvias ya provocaron un perjuicio económico en la provincia de cerca de 211 millones de reales (114 millones de dólares), entre daños a la agricultura, a la pecuaria, materiales -destrucción de carreteras, viviendas, edificios y puentes-, y sociales -abastecimiento de agua, alimentos, techo y abrigo a los evacuados-.
Las previsiones meteorológicas indican que las lluvias continuarán afectando la región este fin de semana, por lo que el número de damnificados, así como los perjuicios económicos podrán aumentar.
El lunes pasado, un tornado, en el que los vientos llegaron a superar los 130 kilómetros por hora, provocó la evacuación de al menos 15.000 personas y dejó cuatro víctimas mortales en esa provincia meridional, cuya capital, Florianópolis, es una de las regiones turísticas más famosas de Brasil.