Los deslizamientos de tierra y las inundaciones causados por las lluvias torrenciales en el Himalaya provocaron al menos 66 muertos en Nepal e India, aunque las autoridades temen que la cifra pueda aumentar, pues se cree que hay docenas de desaparecidos en aldeas sepultadas.

Las autoridades aumentaron el balance de muertos este domingo por las lluvias torrenciales en Nepal hasta 49, mientras que miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares y dirigirse a tierras más altas.

"Otras 17 personas están desaparecidas. Las labores de búsqueda y rescate siguen en curso pero el nivel del agua todavía no ha bajado", declaró Shankar Hari Acharya, jefe del centro nacional de emergencias de Nepal.

La Cruz Roja calculó un balance superior, de 53 fallecidos, con docenas de desaparecidos y heridos y miles de viviendas destrozadas.

En la vecina India, los rescatistas trataban de llegar a dos buses que habían sido arrastrados por un alud de tierra hacia un precipicio.

Los dos vehículos efectuaron una parada hacia medianoche, el sábado en Himachal Pradesh, un estado montañoso en el norte de India, cuando un alud de rocas y barro se los llevó.

De momento, se encontraron 17 cuerpos en el lugar del accidente, indicó Sandeep Kadam, un responsable local.

Asimismo, docenas de personas seguían desaparecidas en el fondo del barranco, mientras que los soldados y los rescatistas trataban de llegar hasta ellas.

"Un tramo de 200 metros de una carretera nacional fue arrasado con dos buses y nos tememos que más de 50 personas hayan quedado sepultadas" bajo los escombros, explicó el coronel Aman Anand, portavoz del ejército indio.

Cientos de personas han muerto en India a causa de las inundaciones, las intensas lluvias o los deslizamientos de tierras desde que comenzara la temporada de lluvias, en abril.

En Nepal, más de 100 personas perdieron la vida este año a causa de las lluvias del monzón, que suelen producirse entre junio y agosto.

En el parque nacional de Chitwan, un destino muy turístico de Nepal, los hoteles evacuaron a sus clientes a habitaciones en pisos superiores para evitar las secuelas de las inundaciones.

Un responsable hotelero explicó que había hecho evacuar a turistas en elefante hacia la carretera principal más cercana, para que pudieran llegar hasta la capital, Katmandú.