Entre el final de antología de Breaking bad, Game of thrones despachándose su mejor temporada hasta ahora y los estrenos de apuestas tan buenas como disímiles, con títulos como House of cards, Hannibal y The americans, la ficción televisiva se anotó un 2013 movido y marcado por tendencias que seguirán definiendo su futuro en los últimos meses.
Una de las más llamativas fue la consolidación de las plataformas web como lugar para consumir series, liderada por la arremetida de Netflix. El estreno de House of cards, con todos sus capítulos disponibles de forma simultánea, apostó a redefinir el consumo de series entre la gente -con cada espectador definiendo su propio ritmo- y, de paso, abrió otro gran espacio para que nuevos programas encuentren su nicho. La compañía supo capitalizar la novedad de su estrategia no sólo con el aumento del precio de sus acciones sino que con lucrativas alianzas, como la que hizo con Disney Marvel para producir cuatro series y una miniserie.
Además, Netflix probó que no sólo es una herramienta efectiva para posicionar material original. Parte del explosivo éxito de Breaking bad en su último ciclo se debió precisamente a que está disponible en el sitio, lo que permitió que los espectadores se pusieran al día.
Sus buenos resultados hicieron que ya le saliera competencia directa al camino desde Amazon, que hace dos semanas estrenó Alpha house, su primera serie de ficción original.
Mientras, House of cards ya fijó el estreno de su segundo ciclo para el 14 de febrero. La serie apuesta a seguir con su efectiva mezcla de sólidas actuaciones con una historia clásica de corrupción y poder.
El fenómeno en que se transformó la producción protagonizada por Bryan Cranston sobre un profesor de química que se convierte en capo de la droga, también se perfiló como un apropiado cierre para la llamada "era dorada de la televisión", que había comenzado con el debut de Los Soprano y Oz a fines de los 90 y siguió con títulos como The wire. Programas definidos por sus ambiciones artísticas, por quitarle definitivamente el mal nombre a la TV y protagonizadas por roles masculinos en la veta de los antihéroes.
Todo indica que ahora las series van en otra dirección, alejándose de roles centrales masculinos autodestructivos y con conflictos existenciales, hacia mayor diversidad de protagonistas. Eso no quiere decir que ahora no hayan excelentes títulos, pero la nueva identidad de la ficción televisiva se está definiendo.
Lo que sí se materializó en esta temporada fueron dos géneros de moda. Así, 2013 se convirtió en el año de la fantasía y el horror. Surgido directamente del éxito de Game of thrones que logró 16 nominaciones a los Emmy este año y rompió sus récords de audiencia, y de The walking dead -que supera los 10 millones de espectadores sólo en EE.UU. todas las semanas-, una camada de series han seguido la senda de lo sobrenatural y el terror. Entre ellas Hannibal, American horror story, Sleepy hollow y Bates motel, le sacaron una tajada al dominio de los programas policiales que se mantiene hace años. Todos en su distinto nicho. La serie basada en Dragón rojo, optó por el horror estilizado y creo un universo de pesadilla donde reinventó al manoseado doctor Lecter. Bates motel le dio un giro a una historia conocida apoyada por la estupenda Vera Farmiga, mientras que Sleepy hollow se convirtió en el estreno más exitoso de la temporada. American horror story, en tanto, siguió probando que su fórmula de cambiar de elenco e historia todos los años surte buen resultado.
Este año, además, se acentuó una modalidad que hace un tiempo comenzó en el cable: que los estrenos en Chile estén separados cada vez por menor tiempo con los de EE.UU. Así, Marvel's Agents of Shield, por ejemplo, se ve al otro día de su debut estadounidense en la pantalla de Sony o Sleepy Hollow, que también llega sólo un par de días después. La estrategia busca disminuir la piratería al dar acceso casi inmediato a los nuevos títulos, pero al haber tantos estrenos, también tiene una consecuencia inesperada, una especie de "ahora o nunca": varias series sencillamente se quedan sin espacio. Como la comedia The crazy ones que no se estrenó o Supernatural, que fue retirada de pantalla.
La Tercera eligió lo más destacado del año.
Mejor serie: Breaking bad, Game of thrones, Mad Men.
Mejor serie nueva: Hannibal, House of cards, The americans.
Mejor actriz: Robin Wright (House of cards), Elisabeth Moss (Mad men), Julianna Margulies (The good wife).
Mejor actor: Bryan Cranston (Breaking bad), Mads Mikkelsen (Hannibal), Jim Parsons (The big bang theory)
Las decepciones: The following, Marvel's agents of Shield, Under the dome.
Los fracasos: The Michael J Fox show, Alice in wonderland, Monday mornings.
Rostros en alza: Emilia Clarke (Game of thrones), Kerry Washigton (Scandal), Nikolaj Coster-Waldau (Game of thrones).
En baja: The newsroom, Homeland, Glee.
Lo chileno: Lo mejor: Ecos del desierto. En baja: Los 80. La decepción: El hombre de tu vida.