¿Qué enfermedades significan más gastos para clínicas y hospitales? Esta fue la pregunta de investigación realizada por el Ministerio de Salud (Minsal) para estudiar la distribución del desembolso, tanto por enfermedad, sexo y edad, en el sistema de salud público y privado. Así, el estudio arrojó que en el país el gasto en la atención de alta complejidad se traduce en cerca de US$ 3 mil millones y que, además, las enfermedades digestivas lideran la lista de mayores gastos.
El informe, publicado el año pasado y elaborado con estadísticas financieras del sistema público (archivo de Fonasa, registros clínicos electrónicos, bases de datos del ministerio) y privado (Superintendencia de Salud, consultora IMS Health y registros clínicos electrónicos) de 2014 y encuestas poblacionales, utilizó una metodología que logró distribuir por enfermedad, sexo y edad, el 89% del gasto en la atención cerrada, es decir, aquella de mayor complejidad y que requiere de hospitalización. Dicho monto corresponde a US$ 3.303.174.302 (MM$ 2.127.244). Además, el costo promedio anual por beneficiario asciende a $ 159.884 (ver infografía). "Este ejercicio de información que hizo el ministerio es importante, ya que permite entender cómo funcionan los costos en el sistema", sostiene Luis Castillo, ex subsecretario de Redes Asistenciales.
Al desglosar las estadísticas del gasto por grupo de diagnóstico, las patologías del sistema digestivo son las que más gastos le significan a los prestadores, que llega a un 12%. Esta es una diferencia respecto de otros países que han realizado análisis de este tipo, ya que en ellos el grupo que lidera los costos es el de las enfermedades del sistema circulatorio.
Ricardo Amaya, gastroenterólogo de Vidaintegra, dice que "el sistema digestivo conlleva una serie de enfermedades debido a que es uno de los aparatos más importantes del cuerpo, por lo que las patologías que pueden surgir van desde la gastritis hasta las úlceras".
En la distribución de las causas digestivas, la biliar litiásica ocupa el primer lugar de los gastos de los prestadores. "En Chile hay una incidencia bastante alta de esta enfermedad; los factores asociados tienen que ver con la obesidad, tener más de 40 años y estar en edad fértil", indica Claudio Canales, cirujano digestivo de la Clínica Ciudad del Mar, quien añade que los montos desembolsados son altos debido a que el tratamiento requiere de intervención quirúrgica.
Mientras, en segundo lugar de los mayores gastos se cuentan el embarazo, parto y puerperio, con un 11%, y en tercer lugar las cardiovasculares. Si bien el desembolso total promedio hasta los 75 años que se realiza en hombres ($ 665.293) es mayor que en mujeres ($ 595.058), ellas son quienes muestran más diferencia en análisis por rangos etarios, ya que entre los 15 y 44 años el gasto es de casi el doble que sus contrapartes, de $ 122.930 frente a $ 65.027.
"En Chile hay una característica en particular y es la alta incidencia en cesáreas. Esto pese a que en los informes de la Ocde se recomienda tener cerca de 20% de casos, pero la realidad acá es del doble, y eso aumenta el gasto porque se trata de una cirugía compleja", afirma Víctor Zárate, decano de la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián.
De acuerdo a Constanza Fernández, socióloga de la Corporación Miles, "en términos macros, las mujeres tienen un mayor control de su salud que los hombres", y agrega que "la mujer en esta edad tiene un mayor control de su salud sexual y reproductiva, y, en ese sentido, utilizan más prestaciones en ginecólogo y también más gastos en métodos que un hombre".
Para Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores (Conadecus), existe una relación entre los gastos del sistema y el de los usuarios: "Viendo estos costos, hay relación para que en Chile la salud sea cara no solo en atención, sino también en medicamentos. Es una realidad que se traduce en un importante gasto de bolsillo".
Los expertos apuntan a que este tipo de análisis, que hasta ahora no había sido del todo desarrollado en el país, permitirá un avance en las políticas de salud y en el manejo de la red asistencial tanto pública como privada. "Estos datos son fundamentales para poder generar políticas públicas que apunten a realizar un mejor uso de los recursos dependiendo de las patologías, especialmente las propias de Chile", sostiene Zárate.
De hecho, el informe señala que "por ejemplo, contar con estadísticas de gasto por tipo de enfermedades permite determinar prioridades (...) y comprender cuáles son los motivos que explican las tendencias de evolución del gasto".
Para Castillo, "este estudio tiene la gracia de que por primera vez conocemos una carga económica asociada a grupos de enfermedades, porque es el reflejo de la epidemiología del país", y "puede ayudar a planificar económicamente la realidad presupuestaria de un establecimiento de alta complejidad año a año".
Añade un punto respecto del impacto de los datos en la lista de espera en los hospitales: "Un director de hospital, teniendo la realidad epidemiológica y su impacto económico, si tiene una lista de espera muy constituida y transparente, debiera ser capaz de saber cuánto le cuesta resolverla. Esa es la trascendencia de este estudio".