Los cotonitos (también conocidos como hisopos) son para muchos una herramienta indispensable dentro del cuidado personal. Ya son décadas en que su uso es regular entre las familias.
El problema es que muy pocos saben que este accesorio es perjudicial, y en vez de conseguir el objetivo de limpiar, puede empeorarlo al punto de requerir intervención.
No lo decimos nosotros, sino los expertos, quienes desde hace ya varios años han comenzado una campaña para tomar conciencia respecto al uso del cotonito.
Roberto Arias, otorrinolaringólogo de Clínica INDISA, explicó por qué no se requiere del accesorio. "El oído básicamente se limpia solo, expulsando el cerumen hacia afuera cada cierto tiempo (...). El cotonito lo único que hace es limpiar la periferia y presionar el resto del cerumen hacia adentro, hacia el tímpano", afirmó.
¿Qué hacer entonces? "(El oído) sólo debería limpiarse por fuera con una toalla o pañito y nada más", aunque en caso de personas con mucho cerumen, un lavado de oído al año.
El especialista detalló que la mejor época del año parar un lavado de oído es cuando parte el verano, ya que "el agua contribuye a tapar el oído, con lo que se puede provocar una infección".
Cabe destacar que el cerumen tiene una función lubricante y limpiadora, siendo en casos extremos --de mucha producción de éste-- cuando se requiere una visita al especialista.