Recibir la corona de reina de belleza en una noche de glamour es el mayor sueño de las participantes en estas competencias, pero el camino que conduce a ese logro no solo está iluminado por luces o animado por los aplausos y los mimos.

En Bolivia, algunas reinas han denunciado que en estos certámenes se ven obligadas a firmar contratos "duros" que "solo benefician" a sus contratantes, aunque estos aseguran que toda decisión es voluntaria a la hora de aceptar o no los términos de un acuerdo.

Es el caso de María Teresa Roca, Miss Mundo Bolivia (segundo lugar), que mantiene un pleito con Promociones Gloria, la empresa que organiza los grandes concursos de belleza en el país y que también ha incursionado en los más importantes certámenes de Paraguay.

Las reinas tienen prohibido "participar en actividades políticas, carnavaleras, dar entrevistas a medios de comunicación, sacarse fotografías con personas no autorizadas por Promociones Gloria", según los términos revelados por Roca en una carta pública dirigida a su agencia.

Tampoco pueden bajar o subir más de dos kilos de peso y realizar trabajos particulares. Si incumplen ese contrato, deben pagar una multa de US$15.000 "violentando de esta manera derechos constitucionales al libre ejercicio de la profesión, a la libre locomoción, la libre expresión e inclusive el derecho al trabajo profesional", sostiene Roca, que también es abogada.

La joven dio a conocer esa información de su contrato al reclamar para sí la corona de Miss Universo Bolivia (primer lugar), luego de de que la ganadora renunciase a participar en un concurso mundial porque los medios bolivianos denunciaron la alteración de su edad.

En realidad, Roca no es una detractora de las competencias de belleza, sino una crítica de los contratos: "Es increíble, te marca la vida para siempre. Las personas que te rodean, te van a recordar siempre", le dice a BBC Mundo sobre su participación en estos eventos, pero asegura que "el problema ha sido la empresa que ha manejado el certamen".

"CONTROLAN TU VIDA"

Pero no es el único caso. La ex Miss Bolivia y actual presentadora de televisión Desirée Durán, en entrevista con BBC Mundo, denunció que durante los tres años que duran los contratos "controlan tu trabajo y controlan también tu vida".

Durán recuerda que hace algunos años la empresa le "hizo un escándalo" y estuvo a punto de retirarle la corona ganada cuando ella salió del país sin su autorización.

Alison Roca, representante de María Teresa, agrega que "el contrato es muy duro cuando se habla de las obligaciones de la reinas. Ellas tienen muchas obligaciones y pocos derechos".

En cambio, la presidenta ejecutiva de Promociones Gloria, Gloria de Limpias, le dijo a BBC Mundo que esos compromisos "son de total acuerdo entre ambas partes y de ninguna manera son perjudiciales para las reinas".

Cuando se le consultó sobre los detalles del contrato, la empresaria dijo que hay una cláusula de confidencialidad y no podía hacer públicos esos términos.

Precisamente, su empresa aplicó esa cláusula para destituir a María Teresa Roca del puesto de Miss Mundo Bolivia, una vez que ella criticó públicamente a la empresa y las cláusulas del convenio.

EN CAMBIO EN OTROS PAISES…

En 2006, Desirée Duran fue la segunda Miss Bolivia que llegó a las finales en un concurso de Miss Universo y, con esa experiencia, dice que en otros países las condiciones "son muy diferentes".

Cuenta que algunas reinas tienen salario, vehículo, departamento y los trajes listos para lucir en las competencias.

En cambio, en Bolivia no tienen sueldo, pero tampoco pueden trabajar en otro sitio que no sea la agencia que las promueve.

"A mí me parece que es un contrato que sólo favorece a una parte, que es la agencia", dice y relata que cuando hay un conflicto "la Miss es la que sale perdiendo y la agencia se lava las manos".

Alison Roca añade que por los trabajos que realizan las reinas y modelos, la agencia se queda con porcentajes que van desde el 30% hasta el 60% de los ingresos.

RECIBEN PREMIOS

En cambio, Promociones Gloria enfatiza que los contratos son voluntarios y que las firmantes son todas mayores de edad. La ganadora de un concurso de belleza, según la empresa, recibe entre premios y otros beneficios el equivalente a US$31.000, mientras que la segunda obtiene US$29.700 y la tercera, US$29.000.

No obstante, en caso de perder la corona, por un incumplimiento de los contratos, según las denunciantes, estos premios deben ser devueltos en efectivo.


La abogada Audalia Zurita explica que los contratos que son contrarios a los derechos de las personas "no tienen vigencia", aunque ella considera que las reinas de belleza se benefician con la publicidad que les da el título.

Pero, si los contratos son tan duros, ¿por qué los firman las candidatas?

Según Durán, "al comienzo todo pinta bien" y "llega a ser un orgullo salir al exterior y representar al país". Las jóvenes "quieren cumplir una meta, de ser embajadoras de la belleza boliviana".

"Pero, cuando uno lo mira fríamente, ve que sólo beneficia a ellos (la agencia)", apunta Alison Roca.