Los buzos de los servicios de rescate italianos localizaron hoy otros cinco cadáveres entre los restos del crucero Costa Concordia, que naufragó la noche del viernes pasado en aguas de la isla de Giglio, según confirmaron a Efe fuentes de la Capitanía de Puerto de Livorno (centro de Italia).
Hasta el momento, el resultado del naufragio del crucero era de 6 muertos, entre ellos un turista español y un miembro de la tripulación peruano, y de 29 desaparecidos. Los cuerpos de las nuevas personas fueron ubicadas en la parte trasera del barco.
En tanto, La empresa Smit de Rotterdam, informó que tomará de dos a cuatro semanas retirar el combustible del buque. La extracción del combustible podría comenzar este miércoles si lo aprueban las autoridades italianas.
El ministro de Medio Ambiente italiano, Corrado Clini, advirtió que un derrame frente a la isla de Giglio, que forma parte de un refugio para delfines, masopas y ballenas, provocaría un desastre ecológico. Hay alrededor de 1,9 millones de litros (500.000 galones) de combustible a bordo del crucero.
Mientras prosiguen las tarea de búsqueda de víctimas, el capitán del Costa Concordia, el italiano Francesco Schettino, de 52 años, tuvo que prestar hoy declaración ante la jueza de instrucción que se encarga del caso, Valeria Montesarchio, en la sede del Tribunal de Grosseto (centro de Italia).
Esta comparecencia coincide con la publicación hoy por parte del diario milanés "Corriere della Sera" de una conversación telefónica entre Schettino y un responsable de la Capitanía de Puerto, en la que se desvela que el capitán abandonó la nave antes de evacuar a todos los pasajeros.
"Vuelva inmediatamente a bordo, suba por la escalera de seguridad y coordine la evacuación. Debe decirnos cuánta gente hay todavía allí: niños, mujeres, pasajeros, el número exacto de cada categoría", le dijeron a Schettino desde la Capitanía de Puerto.
Al capitán del barco se le investiga por supuestos delitos de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono de la nave.