Histórico

Lollapalooza: las cifras detrás del festival más grande del país

Unos US$ 20 millones implica cada versión del evento, lo que incluye el costo de las de bandas, ventas de tickets, auspicios y shows paralelos. Para 2014, la inversión llegará a los $ 15 millones.

LA versión chilena de uno de los festivales más grandes de Estados Unidos, Lollapalooza, sigue sumando tickets para su cuarta cita, el sábado 29 y el domingo 30 de marzo de 2014, fecha en que miles de fanáticos llegarán al Parque O'Higgins a escuchar a bandas como Red Hot Chili Peppers, Soundgarden, Arcade Fire y NIN (Nine Inch Nails), entre otras.

¿Qué hay detrás de tanta expectación? "Un negocio que en cada versión involucra cerca de US$ 20 millones, considerando costos totales, venta de tickets, auspicios, consumo y merchandising, y shows paralelos, que son más de 10", enumera Matías Awad, socio de la productora Lotus. El, junto a Maximiliano del Río y Sebastián de la Barra, tiene a cargo la realización de 10 versiones del festival, renovables por otras 10. Todo esto, a través de un acuerdo con los dueños del evento: el músico Perry Pharrell, líder de Jane's Addiction y fundador del certamen; la productora estadounidense C3; y la agencia de talentos Wlliam Morris, la más grande del mundo.

El modelo

La mayor dificultad del evento es su alto costo, cuenta Del Río. Eso ocurre, "seguramente porque nos pusimos la meta de entregar un servicio de clase mundial, en el que hay una co-producción con los socios de Estados Unidos", agrega De la Barra. Pero "le va bien", asegura Del Río, y está "mucho más sano financieramente que en otros años".

Lollapalooza es el festival más grande del país en cantidad de gente (unas 140 mil personas en dos días) y también el que más invierte. En su primera versión, en 2011, demandó entre US$ 8 millones y US$ 10 millones; en 2013, entre US$ 12 millones y US$ 13 millones, y en 2014 podría alcanzar a los US$ 15 millones.

Parte de ese costo tiene que ver con la contratación de las cerca de las 60 bandas que se presentan. Las más caras son las llamadas headliners, que aparecen primero en el afiche, y que se insertan en una parrila -o line up- que se gestiona con mucha antelación. Un ejemplo: las gestiones por Pearl Jam, el plato fuerte de este año, se iniciaron casi un año antes.

Sólo en el aspecto técnico, la firma trabaja con cerca de 40 proveedores, cinco de los cuales participan en los viajes que hace Lotus para ver la experiencia de otros festivales afuera.

Awad detalla que cerca del 80% del financiamiento del evento corresponde a inversión privada de la productora; el 20% restante viene de auspicios. Lollapalooza partió con entre ocho y nueve marcas y hoy tiene un pool de 12 auspiciadores, que se clasifican según su peso específico en tres categorías: presentadores (Coca-Cola, Claro y LG, cada uno con su escenario), que hacen el aporte más fuerte en auspicios, entre 30% y 40% del total; sponsors (Play Station y Paris, también con escenario; Redcompra y Adidas), y colaboradores (Jack Daniel's, Corona, Costanera Center, Twistos y Kia). Awad asegura que las marcas pueden invertir más en festivales que en conciertos únicos. Lollapalooza, además, está exento de pago de IVA por tratarse de un evento cultural y recibe aportes como el que realizan el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el ministerio de Medio Ambiente, que financian un 25% del programa de reciclaje de Lollapalooza, cuyo valor es de $ 65 millones.

A nivel de ingresos, una cifra que la productora no entrega, el 70% corresponde a venta de tickets.

A más de cuatro meses del evento, ya se han vendido más de 90 mil boletos -válidos para dos días-, de un total de 150 mil. Aunque el valor promedio por día asciende a $ 42 mil, trabajan con un sistema de valor diferenciado: cuando los artistas no están confirmados, el ticket es más barato que cuando están en la parrilla, y su precio aumenta según se acerca la fecha del evento. Eso explica por qué las dos primeras ventas anticipadas para la versión 2014 se agotaron en pocos minutos el día del lanzamiento.

Rentabilidad a largo plazo

El festival no obtuvo números azules en sus dos primeros años, pero en 2013, sí. Los socios, en todo caso, no creen que los resultados se acerquen a los mostrados por su edición original en Chicago, donde sólo por jornada se ganan cerca de US$ 6 millones según informaciones de prensa. "En cinco o 10 años no imagino que Lollapalooza u otro festival pueda llegar a ese nivel en Chile, porque no hay mercado", según De la Barra.

¿Es rentable un festival como Lollapalooza en Chile? "Hasta hoy no, pero a largo plazo sí. Sabemos que no es fácil", explica Del Río. A partir del sexto año, cree, sí lo será.

Los socios destacan el impacto económico que se genera de la mano de la cantidad de extranjeros que llegan a Lollapalooza, que fluctúan entre ocho mil y 10 mil personas. Según una encuesta realizada por la productora, un 27,2% de los visitantes extranjeros venía de Argentina; 24,9% de Perú; y 11,6% de Venezuela.

Para la cuarta edición del evento harán un estudio de impacto económico, para mostrar a las autoridades que éste "es un evento país que necesita apoyo", afirma. Para ello, ya están en conversaciones con la consultora Nielsen, entre otras empresas.

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