La Nasa está entre nosotros. No sólo al ver los lanzamientos espaciales por TV o apreciar las lejanas hazañas de robots como el Curiosity, sino que en nuestra vida diaria, gracias a las más de 6 mil 300 patentes presentadas por el organismo desde su creación en 1958. Es por eso, que la revista de la Nasa, "Spin Off", elabora desde 1976 un listado con todas las tecnologías y productos vinculados que han nacido de una idea o innovación de esta agencia espacial, como la radio por satélite, el marcapasos o las máquinas para hacer ejercicio.
- Frenillos invisibles: Aunque desde los años 400 y 300 AC ya se buscaban formas para enderezar los dientes y el método se comenzó a idear en el siglo 17, fue sólo en 1889 cuando los frenos o frenillos se consideraron un alternativa válida para la dentadura con problemas. Tuvieron que pasar alrededor de 100 años para que la compañía Ceradyne desarrollara junto a la Nasa la cerámica TPA para proteger las antenas de los rayos infrarrojos de los misiles rastreadores, material que sería tomado por la compañía de diseños dentales Unitek para fabricar un nuevo producto en ortodoncia invisible, más duradero y transparente.
- Anteojos resistentes a los arañazos: A principios de los 70, en Estados Unidos se les comenzó a exigir a los fabricantes de anteojos que utilizaran plástico en vez de vidrio para la fabricación de los lentes. ¿Sus ventajas? menor precio, ligereza, y mejor absorción de la radiación ultravioleta. El problema surgió cuando los lentes comenzaron a rayarse por el uso o las caídas, aunque por suerte, la Nasa ya había solucionado tal inconveniente en sus cascos espaciales, siempre expuestos a partículas, golpes y suciedad. La oportunidad la tomaría el fabricante de anteojos Foster-Grant para desarrollar gafas de sol diez veces más resistentes a los arañazos, resultando todo un éxito.
- La súperespuma acolchada: Los avances en tecnología para mejorar las posturas al dormir también son un invento de la Nasa, gracias a que en un principio el material de poliuretano de células de plástico y silicio dispuestos en el interior de los colchones fue diseñado para los asientos de los astronautas en el momento del aterrizaje. El material es capaz de distribuir de forma uniforme el peso y la presión con el objetivo de absorber de mejor forma los golpes, además de volver a su forma original incluso si es comprimido a un 10% de su tamaño. En la actualidad, el material se utiliza en cierto tipo de colchones, aviones comerciales, asientos para pilotos de carreras o motocicletas, prótesis y para pacientes con largos períodos en cama, ya que el compuesto también puede ser personalizado para ejercer menos o más presión en puntos determinados del cuerpo.
- El termómetro de oído: Cada año, sólo en los hospitales de Estados Unidos se toman más de mil millones de lecturas de temperatura a los pacientes. Con tal cifra, la pérdida de tiempo es cuantiosa, más si se toma en cuenta la cantidad de enfermeras disponibles, la utilización de los termómetros de mercurio -siempre difíciles de leer-, y los rectales, incómodos para la mayoría. La empresa Diatek se dio cuenta de la necesidad de acelerar el proceso y junto al Jet Propulsion Lab, en 1991 estrenó el termómetro infrarrojo, una tecnología tomada de los avances de la Nasa en la medición de la temperatura de las estrellas. El sistema consiste en medir la cantidad de energía calórica emitida por el tímpano en el canal auditivo, resultando en mediciones de menos de dos segundos.
- Las plantillas para zapatillas deportivas: El "pequeño paso para el hombre" de Neil Armstrong en 1969 fue sólo el inicio en los significativos avances en tecnología para zapatillas deportivas, gracias a las botas utilizadas por los astronautas y su diseño que facilitaba el desplazamiento en la superficie lunar. Su función la cumplía una serie de resortes internos, que además de proporcionar ventilación, disminuían el impacto en las extremidades inferiores, algo que fue puesto en práctica desde 1980 en adelante en las zapatillas comerciales.
- Llamadas internacionales: Aunque no fue creado de un día para otro, la posibilidad de hacer llamadas vía satélite fue un proceso que demoró luego de varias décadas de trabajo, y comenzó gracias a la llegada del primer ser humano al espacio. Ahora, más de 200 satélites de comunicación rodean a la tierra, permitiendo miles de millones de llamadas diarias.
- Detectores de humo: ¿Cómo saber si dentro de una nave o un módulo se producía un amago de incendio? La primera estación espacial de Estados Unidos, Skylab, fue en 1970 la pionera en adquirir esta tecnología. Junto con Honeywell Corporation, la Nasa ideó el sistema para la detección del humo, incluyendo varios niveles de sensibilidad para evitar falsas alarmas. El sistema consiste en un "detector por ionización", que utiliza un elemento radiactivo de nombre americio-241 para localizar agentes externos al oxígeno y nitrógeno presentes en el ambiente. Cuando éstos se ven interrumpidos, se activa la alarma.
- Surcos de seguridad en carreteras: ¿De qué sirven los largos surcos presentes en los caminos? Increíblemente esta tecnología, aunque poco apreciada, sirve pasa salvar vidas. Esto, porque las poco profundas canaletas en el pavimento logran desviar el exceso de agua en la superficie, reduciendo la presencia de este elemento entre los neumáticos y las pistas, aumentando la fricción y el agarre del vehículo. Sus inicios se remontan a 1960, cuando el Langley Research Center de la Nasa ideó el sistema para aplicarlo en el despegue de aviones en pavimento mojado. Según las estadísticas entregadas por la agencia espacial, esta medida logró reducir los accidentes en carretera en hasta un 85 por ciento.
- Herramientas inalámbricas: Hacer un agujero en la pared puede ser una tarea simple, pero ¿qué ocurre cuando el cable no alcanza? La empresa Black & Decker solucionó este problema en 1961, aunque fue la Nasa quien perfeccionó el sistema para adaptarlo al espacio y utilizarlo en instrumental médico, aspiradoras y atornilladores. Ya en la Luna y con el objetivo de recoger muestras de suelo, los astronautas pusieron a prueba un nuevo modelo de taladro más ligero, potente y compacto, además de poseer un sistema de reducción de energía para prolongar la vida útil de su batería.
- Filtros de agua: A pesar de las conocidas pastillas para convertir la orina en un líquido consumible, la Nasa ya había comenzado a desarrollar los filtros de agua desde los 50, aunque los sistemas eran aún muy complejos y debían soportar situaciones extremas, además de mantener al vital elemento limpio por un tiempo más prolongado. Por ello, se ideó utilizar pequeños trozos de carbón en el interior de los filtros junto a iones de plata, que cumplen la función de neutralizar los patógenos en el agua y evitar el crecimiento de nuevas bacterias.