El papa Francisco celebró el sábado sus 80 años deseándose una vejez tranquila, fecunda y feliz, sin mostrarse dispuesto a moderar su pontificado reformador.
"Desde hace unos días me viene en mente una palabra que parece fea: vejez. Por lo menos asusta (...). La vejez es sed de sabiduría", declaró el papa al concluir una misa con motivo de su cumpleaños ante unos sesenta cardenales en una capilla de los palacios pontificales.
"Rezad para que la mía sea así: tranquila, religiosa, fecunda. Y también alegre, gracias", pidió.
Antes de la misa, Francisco desayunó pasteles argentinos con ocho personas sin hogar. También envió pasteles para que se repartieran en numerosos comedores sociales de Roma y pequeños regalos para los huéspedes de los centros de acogida de la ciudad, anunció el Vaticano.
Por su cumpleaños, el papa recibió cerca de 50.000 mensajes de todo el mundo, principalmente a través de las direcciones de correo electrónico abiertas especialmente por el Vaticano en ocho idiomas.
El nuevo jefe de gobierno italiano, Paolo Gentiloni, le deseó feliz cumpleaños en Twitter de parte de una Italia "agradecida al Santo Padre por la fuerza inspiradora de su mensaje y de su ejemplo".
Según la prensa, el papa emérito Benedicto XVI también dedicó unas palabras por escrito a su sucesor.
"La oficina del papa está llena de dibujos de niños de todo el mundo para celebrar su cumpleaños", tuiteó Antonio Spadaro, un teólogo jesuita próximo al pontífice argentino, junto a imágenes de dibujos donde se ve al papa sonriendo con la Tierra en la cabeza o rodeado de niños y globos.
Excepto la misa con los cardenales, el papa no ha previsto nada especial para su aniversario, aseguró el Vaticano, añadiendo que la jornada sería "normal, llena de obligaciones".