Ni teorías discográficas ni explicaciones sustentadas en el derrotero de la industria. Mario Gutiérrez, el histórico músico que ha persistido hasta hoy al frente de Los Angeles Negros, prefiere un concepto propio de la fe: "Esto ha sido un milagro". La alusión apunta al masivo éxito obtenido por el último trabajo del conjunto, En vivo & sin etiqueta, grabado en un show de febrero pasado y que ya se acerca al disco de platino por sus ventas en México, despachando poco más de 60 mil copias.

"Para los años de trayectoria que tenemos, esto sólo puedo atribuirlo a una condición milagrosa. No esperaba un logro así, porque reconozco nuestras limitaciones musicales, reconozco que no estamos obsesionados con lo lucrativo y que ya hay muchas versiones de temas como Y volveré. Tenía mis dudas de si la gente quería volver a escuchar otro cover, porque es como seguir sacándole la leche a la misma vaca. Pero no: la respuesta ha sido maravillosa y cualquier sueño quedó chico", revela el músico en torno al título registrado en el teatro Lunario del DF.

El mismo donde reinterpretan sus clásicos con figuras como las actrices mexicanas Susana Zabaleta y Kika Edgar; el actor y conductor Jorge "Coqui" Muñiz y el trío chileno Natalino, quienes residen en el país norteamericano desde el año pasado.

De hecho, los hombres de El rey y yo disfrutan de una resurrección en las mismas tierras donde culminaron su irrupción continental a fines de los 60 y donde se radicaron a mediados de la década siguiente, cuando se sumergieron en una batalla intestina que derivó en demandas, grupos paralelos y quiebres personales que sobreviven hasta hoy, con Gutiérrez y el baterista Luis Astudillo como únicos integrantes históricos aún en sus filas.

Una segunda vida que el pasado lunes 8 los llevó a renovar su contrato con el gigante discográfico Universal, bajo el plan de editar otros tres álbumes. Su último trabajo ya tiene a su primer single, la versión de Como quisiera decirte cantada con Kika Edgar, sonando en radios chilenas.

TRIBUTO ESTELAR

Pero el renovado suceso de los originarios de San Carlos no sólo se remite a las glorias pasadas. Desde julio, la banda alista una suerte de continuación de su álbum en vivo, pero esta vez pensado como un tributo por parte de nombres más actuales y asociados a la cantautoría pop rock. Un proyecto impulsado por su disquera y encabezado por los guitarristas y compositores de Los Bunkers, los hermanos Mauricio y Francisco Durán, quienes ofician de productores y cerebros, alzándose como la primera gran iniciativa que tienen bajo su cargo tras el receso indefinido que abrieron en marzo.

La idea es que cerca de una decena de nombres de toda Hispanoamérica reinterprete junto a Los Angeles Negros algunas de sus composiciones, pero bajo un sello más personal y contemporáneo. Aunque recién están en una etapa de negociaciones y acercamientos, en agosto ya grabó la cantante chilena Nicole, quien aprovechó una serie de compromisos en Estados Unidos para pasar por uno de los estudios de Ciudad de México donde los integrantes de Los Angeles Negros y Los Bunkers trabajan en el álbum.

Otro de los invitados es Enrique "Quique" Rangel, bajista de Café Tacvba y férreo aliado de los chilenos. Hasta ahora, otros fichajes que se barajan de modo preliminar son dos nombres en plena vigencia, Ana Tijoux y Manuel García, aparte de figuras foráneas como Julieta Venegas y Natalia Lafourcade.

El título estima una posible fecha de salida para fines de octubre. Por los ajustes, Gutiérrez es cauto y aún no quiere profundizar en lo que desde ya asoma como uno de los mayores tributos realizados a algún emblema de la música nacional.

"Esto lo vemos como un homenaje de la juventud a nuestra música, de gente que valora el aporte vanguardista que tuvimos en los 60, cuando nadie hacía música romántica con efectos de guitarras u órganos Hammond. En todo caso, siempre hemos sentido ese respeto por parte de músicos más recientes, hasta de los más inesperados", expresa el artista, en alusión a reverencias que han venido de artistas tan disímiles como Los Tetas, Douglas, Los Tres o los extranjeros  Jay-Z, Damian Marley y Beastie Boys, quienes han sampleado algunos de sus himnos.

Ante el flamante estatus, Gutiérrez quiere volver a presentarse en Chile y cerrar una deuda que ya acumula 15 años: la última vez que pasó por el país su formación de Los Angeles Negros, la que ha persistido desde la fundación de la banda en 1968 y que a sorteado a todo el resto de clones en el continente, fue en 1999, para la edición de ese año del Festival de Olmué.

"Ha pasado mucho tiempo, ni siquiera nos han invitado alguna vez al Festival de Viña, por donde han pasado todas las bandas emblemáticas de este país, menos nosotros. Ya es hora de volver a dar shows allá, porque estamos más entusiasmados que nunca", remata.