Los parques nacionales de Niki y Lobeke, al sureste de Camerún, son santuarios establecidos para la conservación de la flora y fauna africana. Pese a eso, y a que cuentan con guardias armados, los cazadores furtivos se las ingenian para realizar barreadas contra los elefantes que allí habitan y obtener su botín: el marfil de sus colmillos. Hace sólo unas semanas dieron su último golpe, matando a más de 28 elefantes. "Los cazadores usaron armas automáticas, como AK-47, reflejando el carácter violento de la caza", dijo Zacharie Nzooh, de WWF Camerún, a Reuters.

La situación no es distinta para el león, el búfalo, el rinoceronte y el leopardo, que junto al elefante forman parte de los llamados Big Five: los cinco animales más representativos de ese continente.

Así lo confirma el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (Ifaw, sus siglas en inglés), que dice que estas especies emblemáticas sufren actualmente de una presión insostenible. "Los cazadores furtivos han hecho que los últimos tres años sean considerados de lo más sangrientos en la historia moderna", dice a La Tercera Michael Booth, de Ifaw.

Según datos de Ifaw, el elefante africano (la especie de sabana y la de bosque) es uno de los que más sufren el tráfico ilegal. "En 2012, cazadores furtivos acribillaron a más de 600 elefantes en Camerún en tan sólo unos días y hace unas semanas alrededor de 90 elefantes perdieron la vida", dice Booth.

Duan Biggs, del Centro de Excelencia para Decisiones del Medioambiente de la U. de Queensland, dice a La Tercera que la caza ilegal se ha duplicado en los últimos cinco años . "Las ganancias que se obtienen por el marfil, los cuernos y el turismo de caza van por las nubes", dice (ver recuadro).

Biggs cuenta que el rinoceronte está siendo cazado por la queratina que hay en su cuerno: una proteína que se usa en la medicina tradicional china para tratar la fiebre. A diferencia del elefante, que debe ser asesinado para extraerle sus colmillos, el cuerno del rinoceronte puede sacarse sin dañar al animal, pues vuelve a crecer. "Pero para abaratar costos, prefieren matar al animal y ahorrarse el proceso sustentable", dice Biggs, quien agrega que un cuerno de rinoceronte cuesta más de US$ 65 mil.

Ifaw señala que en Sudáfrica se vive una auténtica crisis en el tema de los rinocerontes. En 2010 se mataron 333 individuos; en 2011, 448, y el año pasado, 668. De las especies africanas, tanto el rinoceronte negro como el blanco están catalogados como especies amenazadas en extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Los leopardos y búfalos son los que muestran mejores cifras, según la UICN. Los búfalos, cazados por su piel y diversión, han vuelto a cifras normales. Y los leopardos están cada vez más protegidos, luego que algunos países prohibieran su caza. Pese a eso, siguen siendo envenenados por granjeros y cada año 150 son asesinados legalmente como trofeos de caza.

Justamente esta última práctica es la que tiene al rey de la selva en grave peligro. De los Big Five, el león es el más vulnerable, según el último informe de Lionaid, ONG de Reino Unido dedicada a los felinos. Su último censo dice que quedan 15 mil leones en libertad y que este animal ha desaparecido en más de 25 países de la zona, principalmente por la caza deportiva.

Según Pieter Kat, director de Lionaid, "en cinco a 10 años podríamos ver un descenso tal que llegaría a un punto de no retorno, sobre todo en las especies de leones del oeste y centro del continente africano", dice en el informe.

Ifaw - que lleva a cabo iniciativas para proteger a estos animales, desde la promoción de cambios legislativos hasta el entrenamiento de equipos para luchar contra la caza furtiva- tiene esperanzas. "Trágicamente, ciertas poblaciones de elefantes, rinocerontes y otras especies emblemáticas en Africa podrían extinguirse, como lo hemos visto en las últimas décadas. Pese a eso, seguimos optimistas de que el mundo reaccionará a tiempo y nuestros hijos podrán vivir en un mundo donde el rey de la selva y otros animales sigan viviendo de manera libre y no sólo en un zoológico o museo", dice Booth.