Cada uno utiliza su propio concepto: "período de ajustes", "etapa de cirugía fina", "días de adaptación a nuevos artistas". Bajo esos lineamientos, casi la totalidad de las emisoras ha ingresado en la fase definitiva de la aplicación de ley del 20% de música nacional y ha asumido uno de los cambios fundamentales que hoy enfrenta la historia del dial chileno: con la promulgación de la norma el pasado viernes en La Moneda, la radio atraviesa un intenso período de giros en su parrilla. 

De hecho, la cuota empezará a regir una vez que se publique en el Diario Oficial, lo que se materializa cinco días hábiles después de su promulgación, por lo que se espera que la nueva disposición empiece a ejecutarse durante esta o la próxima semana.

Ante el nuevo escenario, los directivos de las principales señales ya trabajan en ampliar o modificar sus  catálogos para cumplir con el requerimiento, el que también establece que un cuarto de ese 20% debe destinarse a composiciones emergentes (aquellas grabadas en los últimos tres años). Y el proceso es aún más cuesta arriba en las emisoras de perfil anglo, latino o clásico, las que escasamente incluían material local o, derechamente, no rotaban ningún tema chileno.

"No lo tomamos con histeria, sólo nos complica porque nuestro perfil siempre ha sido el de la música en inglés", cuenta Ignacio Olivares, director musical de radio Infinita, estación emblema del pop anglo de corte adulto y que ha encontrado una salida apelando al jazz de origen nacional, con Angel Parra, Cristián Cuturrufo, Christian Gálvez o la intérprete Camila Meza, aprovechando que la emisión de temas de figuras como Diana Krall o Norah Jones son parte de su oferta diaria. Por otro lado, también planean agregar a músicos locales emergentes que cantan en inglés, como las bandas We are the grand o Coffeehouse, para lucir una coherencia con el estilo de su parrilla y para consumar otro de los puntos de la ley: música nacional es también aquella interpretada por chilenos, independiente del idioma. El resto del día adicionarán composiciones de La Ley, Matías Cena o Javiera Mena.

Con esos escogidos, surge otro aspecto llamativo. Un puñado importante de las emisoras echará mano a los ilustres de la nueva generación, tomando en cuenta su carácter flexible y que se pueden adecuar tanto a una programación pop adulta, como juvenil o  romántica. Tres elegidos se repiten en esa lógica: Gepe, Javiera Mena y Francisca Valenzuela. Por ejemplo, tanto Duna como Paula van a emitir muchas más canciones de ellos.

"Nuestro problema no es la música chilena, sino que el tipo de sonoridad, que siempre ha sido más fino, basado en un patrón de The Beatles, los Stones y Dylan. Y cuesta encontrar una gran variedad de música local sobre esa base", argumenta Cristián Araya, director musical de radio Duna, quien acota que también programarán composiciones de emblemas antes no considerados, como Los Blops, Eduardo Gatti o Kissing Spell.

Pero si se trata de ampliar los registros, los personeros de radio Beethoven han enfrentado una misión de peso : la música docta -el estilo de la estación- posee una producción local limitada. "Ha sido un caldo de cabeza más o menos grande", ilustra su director, Adolfo Flores, quien además cuenta que, para alcanzar la cuota, recurrirán a grabaciones realizadas por ellos mismos, como algunas temporadas de la Orquesta Sinfónica o presentaciones de grupos de cámara más jóvenes. Otras emisoras con un problema similar, como Imagina o Universo, también cuentan que el proceso de ajuste se trabaja en detalle. "En Universo sumaremos temas coherentes con nuestra parrilla de los 80, como UPA o Emociones Clandestinas", dice Oscar Pasten, director de la señal.

Por otro lado, gran parte de las señales empezó a emitir hace varios meses un porcentaje cercano al 20%, para que el quiebre no fuera tan abrupto. "Empezamos hace meses,  la idea es que sea un paso natural", subraya Pablo Márquez, director de Play y Sonar. Además, ellos han optado por otra lógica: en vez de sumar nuevos créditos a los que la audiencia no está habituada, se inclinaron por ampliar el catálogo de  artistas que suenan con frecuencia, como Francisca Valenzuela, Los Tres o Los Prisioneros.

Más allá de los nombres, el nuevo reglamento ha decantado en un crecimiento lógico del catálogo nacional en la FM. Natalia del Campo, directora de radio Paula, cuenta que hoy la señal aumentó en un 30% el material del país en su repertorio. En Tiempo o Rock and Pop aspiran a tener un piso  de cerca de 200 canciones chilenas, lo que garantiza una rotación variada. Otras lucen números más moderados, ya que poseen programas durante el día: por ejemplo, Sonar emite un total de 320 tracks por jornada y sólo 62 de ellas serán de factura nacional. Finalmente, están las que desde hace años cumplen con el 20% y no harán modificaciones, como Cooperativa, Carolina, Romántica o Usach.