Lecciones aprendidas
Oro Blanco quiere dar vuelta la página del proceso concluido el jueves y seguir analizando caminos que le permitan disminuir los pasivos del grupo, que totalizan US$ 776 millones. En caso de iniciar un nuevo proceso de venta del 88% que tiene en Pampa Calichera, que a su vez controla el 23% de SQM, esta vez Oro Blanco lo hará asumiendo todas las lecciones aprendidas en la etapa recién concluida.
Entre esos aprendizajes, comenta un conocedor del proceso, está el hecho de que no pueden estar presentes en la negociación "condiciones imposibles de cumplir" a ninguna contraparte. Cualquier nuevo proceso debe ser sin condiciones, de ningún tipo. Es decir, queda descartado negociar cláusulas que tengan relación con compensar el posible impacto del litigio que mantiene Corfo con SQM; tampoco garantizar que la producción de litio generado por SQM tenga por destino uno u otro operador. Y lo más importante, no se puede ofrecer el control sobre el directorio de ocho miembros, pues según determinó la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), si quien compre el control de Calichera se asegura con ello elegir una cantidad suficiente de directores para dominar las decisiones de SQM, debe efectuar una OPA dirigida a los accionistas de la minera.
Todas esas solicitudes estuvieron de alguna manera planteadas en las negociaciones con Tianqi y ShanShan en el proceso que acaba de finalizar. Y que Oro Blanco no puede avalar.
Un director de una de las sociedades cascadas lo define así: "Oro Blanco es dueño de un grupo de acciones de Pampa y eso es todo lo que puede ofrecer. Los riesgos de SQM son conocidos por todos y, por lo tanto, no se aceptan condiciones. El foco no puede estar puesto en los flujos que entrega la empresa productiva y, por lo mismo, el próximo proceso no puede considerar operadores de litio -como ShanShan y Tianqi-, porque eso hace muy difícil la venta".
El nuevo proceso que comienza
La intención de Oro Blanco es iniciar un nuevo proceso de venta, el que se oficializaría durante los dos primeros meses del próximo año. Pero esta vez tendrá otras características.
Primero, el foco estará puesto en contactar a inversionistas que estén interesados en los dividendos que entrega SQM. "Oro Blanco es una empresa financiera y no productiva, por ello hay que buscar gente interesada en lo financiero y no en lo productivo", enfatiza un conocedor de las negociaciones.
La minera no metálica es atractiva para los inversionistas, porque es una empresa financieramente estable, tiene caja para hacer nuevos proyectos, acaba de adquirir operaciones en Argentina, con la compra del 50% de Minera Exar, el precio del litio hoy está al alza y entrega dividendos todos los años.
Por todo ello, para Oro Blanco lo primordial es abrir un proceso sin condiciones, es decir, poner en venta un porcentaje determinado de Pampa Calichera y recibir ofertas por este. "Un porcentaje de acciones, a cambio de un monto, nada más que hablar. No hay control, no hay compensaciones", dice un ejecutivo ligado a las cascadas que sostiene que esa modalidad, pese a no entregar control, tendría interesados que incluso participaron del proceso liderado por Itaú Argentina, pero que no fueron considerados, debido a que en esa etapa el foco era otro.
Su duración sería bastante más corta. La mesa de Oro Blanco espera que no se extienda por más de seis meses. Hay varias opciones en carpeta para aliviar la situación financiera del grupo: vender la totalidad de las acciones que tienen de Pampa Calichera, parte de ellas o incluso evaluar un aumento de capital, aunque esta idea es la más lejana.
En caso de vender el control de Pampa, buscarían una cifra en torno a US$ 2.000 millones. Sin embargo, en el mercado advierten que sería difícil conseguir una oferta así bajo las nuevas condiciones, porque ese precio se sustentaba a cambio de adquirir el control indirecto de SQM.
Es más, quienes conocieron las propuestas aseguran que Tianqi ofertó unos US$ 2.300 millones y ShanShan unos US$ 2.000 millones, pues buscaban influir en la gestión de SQM, lo que queda reflejado en parte de las condiciones que solicitaron a Oro Blanco. En este aspecto, muchos de los involucrados reconocen que todo se complicó tras el pronunciamiento de la SVS respecto de la OPA. La aclaración del regulador suponía no sólo aumentar el precio de la transacción completa a unos US$ 10.000 millones. Esa fórmula implicaba, además, establecer un pacto con Julio Ponce para garantizar la elección de cuatro de los ocho directores de SQM.
Sin esta posibilidad, la valorización por este paquete de acciones estaría en torno a US$ 1.600 millones, 20% menor al piso anterior.
No obstante, conocedores de estas tratativas advierten que no sólo Oro Blanco está buscando mejores perspectivas financieras, sino toda la cadena de control de SQM. Por ello, sobre la mesa estarían también otras posibilidades, como la venta de paquetes de acciones de sociedades aguas arriba, en que no se descarta vender parte de la propiedad de SQYA, firma a través de la cual Ponce controla Norte Grande (a su vez, dueña del 76,8% de Oro Blanco), que al no estar abierta en Bolsa permitiría una negociación más expedita.
La otra alternativa también sobre la mesa es vender Potasios, sociedad que tiene el 6,9% de SQM. Nada se descarta, dicen fuentes informadas.
No hay apuro
Si bien las cascadas totalizan pasivos por US$ 776 millones, Oro Blanco nunca ha estado a punto de caer en default, aseguran profesionales ligados al grupo. Además, destacan que en 2016 ninguna filial ha enfrentado grandes vencimientos, panorama que se mantendría en 2017. Pero esto cambiaría entre 2018 y 2021, cuando deberán cancelar parte importante de su deuda.
Es decir, Ponce no tiene apuro. Esto les permite tener tiempo para organizar mejor la estructura de su carga financiera, considerando que existen cláusulas de cross default: ante un incumplimiento, todas las deudas se aceleran.
Al 30 de septiembre de este año, Norte Grande, la sociedad que agrupa la deuda de todas las cascadas, informa pasivos consolidados por US$ 776 millones y los vencimientos a menos de un año suman apenas US$ 12 millones.
En cambio, a más de un año y menos de dos (desde octubre de 2017 a octubre de 2018), para todas las sociedades cascadas las deudas que vencen alcanzan unos US$ 367 millones, el monto más importante de los próximos cinco años. De ese total, US$ 318 millones van a instituciones financieras y US$ 48,8 millones a inversionistas.
En el tramo de más de dos y menos de tres años, más de tres y menos de cuatro, y en el demás de cuatro y menos de cinco años (octubre de 2018 y octubre 2021), se registran vencimientos de US$ 106 millones en cada ejercicio.
El grupo recibirá liquidez en los próximos días. El próximo martes 20, SQM pagará a sus accionistas un dividendo provisorio, con cargo a las utilidades del ejercicio 2016, que aún no termina. La decisión fue adoptada a fines de noviembre y, según trascendió, no hubo unanimidad en el directorio y, entre otras cosas, los tres representantes de la canadiense PCS, que tienen el 32%, se opusieron.
Las apuestas de Ponce
No son pocos en el mercado los que creen que el proceso de venta de Pampa Calichera no es más que una estrategia para ganar tiempo y que a fin de cuentas Ponce no piensa dejar el control de SQM. Y es que el fracaso -o retraso- del proceso de venta del control de Pampa es, al final del día, positivo para el histórico controlador de SQM, Julio Ponce. Este año, según explica Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining, "ha sido el de los mayores precios históricos del carbonato de litio, prácticamente triplicando los valores que había registrado en los últimos años, en torno a US$ 7.000 por tonelada". Esto auguraría buenos resultados para SQM, lo que finalmente significa buenos dividendos también para Ponce.
Además, Guajardo proyecta que al pensar en 2017 "hay que tomar en cuenta que el mercado del litio es pequeño, por lo que si bien la demanda seguirá creciendo fuertemente, cualquier entrada de nuevos productores genera un impacto relevante. Por lo anterior, y tomando en cuenta la nueva producción de proyectos, como Olaroz en Argentina y Mt Cattlin en Australia, el nivel de precios debiera tender a mantenerse en niveles similares al actual".
Esto podría permitir que SQM, hoy con una valorización bursátil en torno a US$ 7.846 millones, pudiera acercarse a números que tenía a inicios de esta década, cuando superaba US$ 13.000 millones.
Mientras el tiempo pasa, quedan sólo 14 meses para el término del actual gobierno y en un nuevo mandato es altamente probable que Eduardo Bitran, vicepresidente de Corfo, y Carlos Pavez, superintendente de Valores y Seguros, no continúen en sus puestos en 2018. Bitran ha sido el principal opositor a Ponce, ha impulsado los arbitrajes contra SQM por conflictos en el Salar de Atacama, negándose a llegar a acuerdo mientras el empresario mantenga el control de la compañía. Su salida podría ayudar a descomprimir la situación que enfrenta la minera no metálica.
Ponce se queda
Lo que parece un hecho indiscutido es que, independiente de lo que decida el directorio de Oro Blanco sobre el control de Pampa Calichera, Julio Ponce continuará en la propiedad de SQM.
La estructura de las acciones de la minera no metálica no es sencilla: tiene una serie A, que elige siete de ocho directores, y la serie B, que designa al restante. "Julio Ponce va a morir adentro de la compañía, aunque sea como minoritario", dice una persona que lo conoce bien. Hoy, a través de Pampa Calichera nombra a tres directores de SQM. El cuarto lo designa Kowa, la japonesa que integra, junto a Calichera, el grupo controlador de la minera.
Si Ponce vende Calichera, podría, vía Potasios, elegir un director. Pero si sólo vende Potasios, seguiría nombrando a tres. El camino que elija Ponce determinará el peso que tenga en la mesa de SQM.