Trinidad Gelfenstein se preparaba para comenzar el cuarto año medio en el Colegio Sagrado Corazón Monjas Inglesas, cuando durante el verano comenzó a sentir cansancio al realizar la mínima actividad física.
Y fue en marzo, cuando los síntomas aumentaron a tal punto que la joven no podía caminar por más de cinco minutos. Esto llevó a que sus padres pidieran una hora con un cardiólogo. Pero debieron tomarse varios exámenes para que, finalmente, en mayo los médicos diagnosticaran la inusual enfermedad que afectaba a Trinidad: una hemangiomatosis capilar pulmonar, que por primera vez se presentaba en Chile.
INTERNADA EN CLINICA
Durante los primeros días de julio la joven fue internada en la Clínica Las Condes, y en esos mismos días apareció, en Antofagasta, un posible donante. Pero los pulmones presentaron nódulos, lo que obligó al cuerpo médico a negarse al trasplante.
La joven pasó a ser prioridad nacional, e incluso el arzobispo Ricardo Ezzati la visitó este lunes para prestar su apoyo.
Pero un día después, el ministro de Salud Jaime Mañalich confirmó que Trinidad tuvo que ser ingresada a pabellón, tras presentar problemas de sangramiento. Tras una intervención realizada por el personal de la clínica, la joven fue estabilizada.
APARECE DONANTE
En tanto, la tarde del domingo moría en el Hospital del Salvador Daniela González, una mujer de 19 años que llegó a Santiago desde Contulmo, con el objetivo de reunir dinero para sus estudios, pero que fue atropellada en Lo Barnechea. Pese a los daños causados por el accidente, resultó ser la mejor opción para trasplantar a Trinidad.
La joven se sometió al doble trasplante de corazón y pulmón la noche del miércoles, y recién la mañana de ayer concluyó la intervención, que no tuvo los resultados esperados.
Así lo explicó el médico tratante, Cristián Baeza, quien confirmó que "los órganos no respondieron como esperamos", luego que el corazón no reaccionara en forma adecuada.
Tras la operación, y hasta esta tarde, la joven estuvo conectada a un equipo de oxigenación de membrana extra corpórea (Ecno), que la mantuvo estable.