Un avión comercial con 298 personas es derribado con un misil por rebeldes separatistas en Ucrania. Israel lanza una operación contra la Franja de Gaza en respuesta a los cohetes que lanza el grupo islamista Hamas en su territorio, enfrentamiento que ha dejado más de 600  palestinos y 31 israelíes muertos. Conflictos en Irak, Afganistán y Siria. Esos son algunos de los problemas en política exterior que está enfrentando el Presidente norteamericano, Barack Obama. Como señaló ayer el diario The New York Times, pocas veces un mandatario  de EE.UU., ha tenido que lidiar con tantas crisis internacionales, aparentemente dispares y al mismo tiempo.

"Es un desastre muy enredado", dijo al diario Gary Samore, un ex asesor de seguridad nacional de Obama y ahora presidente del grupo Unidos contra un Irán Nuclear. "El mundo está en llamas. La política exterior siempre  es complicada. Siempre tenemos una mezcla de intereses complicados. Eso no es inusual. Lo que es inusual es que haya este brote de violencia e inestabilidad en todas partes. Esto hace que sea difícil para los gobiernos hacer frente a eso", añadió.

Desde que se instaló en la Casa Blanca, en enero de 2009, Barack Obama fue claro en que dejaría atrás la política exterior de George W. Bush. Así, adelantó el retiro de Afganistán y sacó las tropas de Irak, pero al mismo tiempo optó por la cautela como su mejor arma diplomática, al tiempo que en la vía militar apostó por el uso de drones contra los milicianos de Al Qaeda y los ciberataques para contener al programa nuclear de Irán. Pero la estrategia del presidente demócrata está siendo fuertemente cuestionada en Estados Unidos. Ello, porque la precaución le ha propinado a Obama las derrotas que tuvo en  Siria y también en Ucrania.

"Muchos estadounidenses ven su conducta como muy insegura, llena de fanfarronería, pero no de acción. La "línea roja en Siria fue ignorada, sus advertencias en Crimea fueron ignoradas y poco o nada pasó. Es incapaz de hablar con una voz que confía en los valores de Occidente", dijo a La Tercera Andrew Busch, profesor de ciencias políticas del Claremont McKenna College.

Los cuestionamientos se han visto reflejados también en los sondeos. En la última encuesta del diario The New York Times en conjunto con CBS News, realizada el mes pasado, el 58% de los estadounidenses señaló que desaprueba su manejo de los asuntos del mundo, lo que representa su peor índice desde 2009. El resultado es muy parecido al de otro sondeo del diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC, divulgado también en junio, que mostró que apenas el 42% aprueba el rol del mandatario en este tema.

La erosión en el apoyo ha contribuido a una caída en la aprobación general de Obama, que amenaza socavar las ambiciones políticas de su administración durante el resto de su segundo mandato. Así, según un sondeo de la cadena CNN divulgado ayer, el índice de aprobación del presidente ahora es de 42%.

Otros de los  conflictos por los que ha sido criticado el mandatario es por la situación en Irak. Esto, porque el gobierno de ese país no pudo hacer frente al avance del grupo Estado Islámico (ex ISIS) que poco a poco fue tomando el control del país petrolero, hasta el punto de establecer un califato. Además, se expandieron hacia Siria y hace una semana controlaban un tercio del país.

En este sentido, en una columna publicada en el diario The Washington Post, el analista David Ignatius señaló que el retraso en "trazar un plan creíble para detener al Estado Islámico (ex ISIS) es parte de una gran preocupación de la política exterior del Presidente Obama. Aun cuando la Casa Blanca tiene buenas estrategias básicas, a menudo hay una falta de conclusión para coordinar las herramientas del poder nacional. No hay un premio por las buenas intenciones aquí. Lo que importa es el desempeño. Y eso vale tanto para las relaciones de Estados Unidos con los aliados tradicionales, como Alemania o Arabia Saudita, como para combatir a sus adversarios".