La respuesta rusa no tardó en llegar, luego que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaran nuevas sanciones en su contra, debido a su papel en la crisis en Ucrania y el derribo del avión de pasajeros de Malaysia Airlines el 17 de julio pasado, mediante un misil lanzado por rebeldes prorrusos que, según la inteligencia de Occidente, habrían recibido ayuda de Moscú.
Así, el bloque acordó prohibir que los bancos estatales rusos recauden dinero en los mercados de capitales europeos. Washington, por su parte, negó acceso a los mercados estadounidenses a los bancos estatales VTB OAO, Banco de Moscú y el Banco Ruso de Agricultura. Además, la UE prohibió cualquier comercio de armas o "material relacionado" con Rusia y EE.UU. y prohibió las transacciones con la empresa United Shipbbuilding Corp., que es una compañía de defensa.
Ambos prohibirán, también, las exportaciones de tecnología a Rusia para la industria petrolera.
"La política de la UE está dictada por Washington", declaró la cancillería rusa, asegurando que las "sanciones antirrusas" de la Unión son una prueba de su "incapacidad" de desempeñar "un papel autónomo en los asuntos mundiales". Así, las consecuencias no tardaron en llegar, porque Moscú prohibió ayer la mayoría de las importaciones de frutas y verduras polacas y dijo que podría ampliar la prohibición a todo el bloque. Según señaló a la agencia France Presse (AFP), Alexei Alexeenko, un portavoz de Rosselkhoznadzor, la agencia veterinaria rusa, la decisión está motivada por "las repetidas violaciones" en los certificados y procedimientos de cuarentena y entrará en vigor mañana.
Según cifras de la Comisión Europea (CE), Moscú compró en 2011 más de US$ 2.600 millones en fruta s y verduras de la Unión Europea. Esto equivale al 28% de las exportaciones y el 21,5% de los frutas y verduras. Para algunos países de la UE, entre ellos Polonia, los porcentajes son aún mayores.
Respecto de las exportaciones de las tecnologías para la energía, la CE calcula que el impacto será de unos US$ 200 millones al año. Europa es muy dependiente de Rusia en materia energética. Ese país la abastece de un tercio del petróleo que importa, del 39% del gas y del 26% de los combustibles sólidos. El suministro de gas de seis Estados de la UE depende por completo de Rusia, según datos del Parlamento Europeo. Frente a este tema, las alarmas sonaron en países como Reino Unido, donde el gigante petrolero ruso Gazprom es el cuarto proveedor de las compañías británicas. Ante esto, el canciller británico, Philip Hammond, dijo que los rusos "saldrán más dañados que nosotros". Por su parte, el ministro de Economía alemán y vicecanciller, Sigmar Gabriel, dijo que las nuevas sanciones a Rusia podrían dañar a la economía alemana, pero la "paz es más importante".