Juan Antonio Pizzi dijo que no le gusta hablar de "partidos de vida o muerte", pero para los hinchas de Universidad Católica ese es el espíritu para el duelo de hoy ante Peñarol, por la revancha de los cuartos de final de la Copa Libertadores. La caída por 2-0 en Montevideo y las estadísticas inclinan la balanza a favor de los uruguayos, pero el nivel de juego y la convicción de los cruzados pueden equiparar la lucha y colocar a la UC en semifinales.
Mañana, Universidad Católica definirá por sexta vez como local una llave de ida y vuelta en Copa Libertadores. Sólo en dos de las ocasiones anteriores la UC logró el objetivo. Además, la historia indica que nunca un equipo chileno ha superado una serie que comienza con dos o más goles en contra en este torneo.
Pero en San Carlos de Apoquindo el trabajo ha buscado fortalecer la confianza del plantel. Pizzi planificó con detalle el duelo y Jorge Fleitas, el preprador físico, apuntó a la parte anímica.
En la cancha, Paulo Garcés recibirá el respaldo tras los groseros errores que cometió en la ida, Milovan Mirosevic estará en el mediocampo y Lucas Pratto tendrá compañía en ataque con José Luis Villanueva.
Así, los cruzados formarán con Garcés; Valenzuela, Martínez, Parot y Eluchans: Ormeño y Costa; Meneses y Mirosevic; Villanueva y Pratto.
Son los elegidos para buscar la hazaña ante el equipo que dirige Diego Aguirre y que cuenta como goleador con Juan Manuel Olivera. Un cuadro que muestra tres Libertadores ganadas en Chile: 1966 ante River Plate, 1982 contra Cobreloa y 1987 frente a América de Cali. Todas en el Nacional.
En la UC sueñan con que en San Carlos la historia cambie y sea cruzada.