1. Aumento de parlamentarios

La propuesta de la Presidenta propone subir de 120 a 155 los diputados y los senadores de 38 a 50. El aumento de escaños es resistido no sólo por la Alianza, también genera reparos en la Nueva Mayoría. Los disidentes argumentan que el aumento parlamentario es mal visto por la opinión pública. Quienes defienden el principio dicen que mejora la representatividad.

2. Incremento de presupuesto del Congreso

El informe de Hacienda señala que no habrá mayor gasto por más parlamentarios. Pero si hoy subieran en 47 los legisladores, se necesitarían cerca de US$ 25 millones por año. Algunos plantean que se deben reasignar fondos, pero en la Alianza dicen que eso es engañoso. Otros dicen que no hay que tener complejos en subir el presupuesto del Congreso en un plazo de cuatro años.

3. Fusión de distritos y circunscripciones

La reforma contempla convertir los 60 distritos de diputados en 28. Además, plantea que cada región sea una circunscripción. En total serán 15 zonas senatoriales. El nuevo mapa electoral cambia condiciones de reelección . Legisladores reclaman por la extensión territorial o por la fusión de zonas que no tienen relación. Argumentan que afecta el contacto con localidades rurales.

4. Equilibrio entre ciudades y zonas despobladas

El proyecto busca darles más representación a zonas pobladas, pero sin quitarles parlamentarios a regiones extremas. Pero regionalistas independientes, de la Alianza y el oficialismo, fustigan el mayor peso de legisladores que tendrá Santiago, Valparaíso y Concepción. Parlamentarios de grandes urbes replican que las zonas pobladas están subrepresentadas en el Congreso.