Actualmente se ha instalado en el país un masivo debate acerca de la relación entre el aprendizaje y las redes sociales. Nadie duda que estas plataformas son un recurso muy útil para las personas ya que les permite socializar, buscar gente con intereses similares y disfrutar diferentes aplicaciones. La interrogante se plantea en torno a si es posible que este tipo de tecnologías pueden ser útiles para mejorar -o potenciar- la educación y los métodos de enseñanza.
En el marco de las 14as Jornadas de Educación de la 31° edición de la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa 2011) -en el Centro Cultural Estación Mapocho-, se llevó a cabo la conferencia "Lectura y Redes Sociales: Integración de las nuevas tecnologías como herramientas lectoras", donde tres especialistas dieron su punto de vista sobre el tema.
En ese contexto, la Doctora en Educación argentina Silvina Gvirtz, expuso acerca de los alcances del exitoso programa desarrollado por el gobierno transandino para entregar un netbook por alumno. Actualmente se han facilitado cerca de 1,8 millones de aparatos (se espera que sean por lo menos tres millones), y la medida ha tenido un impacto muy positivo en los estudiantes. Esta tecnología les permite grabar las clases con sus webcams y luego repasar contenidos en sus casas, también reciben las guías y ejercicios de los profesores en sus correos electrónicos, por lo que tienen un acceso más directo.
Pero implementar este programa requirió de un esfuerzo conjunto que incluyó la capacitación de profesores para que fueran capaces de incluir el uso de esta tecnología en sus programas, un proceso que se realizó considerando la situación de cada escuela. También fue necesario redefinir diversas aristas del proceso educativo, como el rol de la familia, el escenario de la gestión escolar, los modelos de actualización de datos y sobretodo, las prácticas de enseñanza.
Posteriormente expuso el Doctor en Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Barcelona, Magglio Chiuminatto, quien valoró el rol que cumplen las "comunidades imaginarias", como los foros, las comunidades virtuales y otros grupos que se desarrollan vía web, y la forma en que generan sus propios contenidos gracias a la suma de conocimientos y la interacción entre los usuarios.
Por esta razón, es importante analizar de qué forma nuestra sociedad se lee y escribe a sí misma, ya que demuestra que los jóvenes del país están leyendo, pero lo hacen de forma distinta a las tradicionales. Esto se ve reflejado en el consumo de blogs o la misma interacción que se realiza en las redes sociales, leyendo Twitter o mediante el uso de Facebook.
Para Bruno Sepúlveda, coordinador de capacitación del programa BiblioRedes, es importante diferenciar entre tres tipos de lectores: el tradicional, el emergente y el promedio, siendo el "emergente" uno de los potenciales interesados en consumir libros digitales, ya que se trata de un tipo de usuario que está constantemente conectado a Internet y consumiendo sus recursos.
Considerando que las nuevas generaciones utilizan mucho las herramientas y recursos de la Web, es muy probable que a la hora de consumir libros, prefieran hacerlo en textos digitales utilizando plataformas como el iPad o Kindle. Para Sepúlveda, estos nuevos formatos y estilos de lectura obligan a cuestionar "¿Qué es leer?", diferenciando entre el estilo tradicional y las nuevas tendencias.
Por este motivo, el desafío de los profesores es determinar la forma en que se deben acercar a los alumnos para que ellos puedan convertirse en lectores. Para esto, es necesario que los mismos docentes replanteen cuál es la mejor forma de utilizar los recursos digitales para promover de mejor forma la lectura entre los jóvenes.