Cuando el Presidente Pedro Pablo Kuczynski conoció el resultado de la votación del Congreso, que desestimó su destitución por "incapacidad moral permanente", salió a celebrar con los vecinos que se apostaron afuera de su casa en el barrio de San Isidro, en Lima. Con evidente alivio y vistiendo una camisa blanca fuera del pantalón, incluso bailó con las personas que se congregaron en el lugar. "Peruanos. Empieza un nuevo capítulo en nuestra historia: reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú", escribió en su cuenta de Twitter.

Pero pese a la celebración presidencial, los analistas estiman que su victoria es sólo momentánea, debido a que su mandato continuará con un Congreso en su contra, que durante los alegatos de la vacancia presidencial no se mostró completamente convencido sobre su explicación respecto de los vínculos de su empresa con la firma Odebrecht.

"Él tiene una posición muy precaria, una popularidad bajísima (18% en la última encuesta) muchos problemas, la coalición que se ha formado para salvarlo se disuelve después del triunfo que han obtenido", explicó el cientista político Fernando Rospigliosi. "Su estabilidad sigue estando en duda, creo que es muy difícil que pueda estar como Presidente hasta 2021", advirtió.

Un primer problema lo enfrentó ayer, cuando cerca de las 08:00 llegó hasta su casa el entonces ministro del Interior, Carlos Basombrío, quien le presentó la renuncia. Si bien no se explicó la causa de la dimisión, El Comercio adelantó hace una semana que se debía justamente por los cuestionamientos respecto de los pagos de Odebrecht.

El politólogo de la U. Católica de Perú, Ricardo Dargent dijo a La Tercera que el Presidente ahora "requiere un cambio de estilo de construcción de alianzas".