El miércoles 17 de abril se realizó la junta de accionistas de la concesionaria Cruzados SADP. En la cita, Jaime Estévez dijo que "siempre estamos disponibles para ver las materias contractuales y abiertos a conversaciones beneficiosas...". El presidente de la concesionaria se refería a algunos puntos que podrían ser modificados en el futuro dentro del contrato existente entre la Fundación del Club Deportivo Universidad Católica (CDUC) y la sociedad anónima que él conduce hasta abril de 2014 (puede ser reelecto).
Uno de ellos incomodaba a gran parte del directorio de Cruzados: el pago del 1% de los ingresos brutos a la Fundación. Este porcentaje implicaba un desembolso obligatorio de dinero, aunque la concesionaria no tuviera ganancias en un año. Por ejemplo, en 2012, el flujo que ingresó fue de 7.451 millones de pesos, por lo que la S.A. tuvo que cancelar $ 74 millones. Este desembolso se suma a las pérdidas de ese año, las cuales ascendieron a $ 742 millones.
Ayer, en un hecho que marca un antecedente importante para la estructura de las sociedades anónimas del fútbol chileno, Cruzados informó de la modificación de ese y un par más de puntos del contrato. A contar de enero de 2013, la S.A. pagará el 3,5% del Ebitda anual que obtenga bajo cualquier concepto. Es decir, cancelará ese monto antes de que se sumen los descuentos a las ganancias, como por ejemplo, los impuestos o intereses. ¿El detalle? Si la modificación hubiese estado incluida en el nacimiento de la concesionaria (2009) ésta se hubiese ahorrado $ 31 millones por año.
Otro aspecto que cambiará será la disminución en la entrega de entradas de cortesía a la Fundación para los partidos en San Carlos, que alcanzaban a mil boletos por cada juego. Ahora sólo recibirían 700. Así, lograrán un mayor borderó.
El tercer punto que se modificó se refiere a la posibilidad de finiquitar el contrato de arrendamiento del estadio y las instalaciones (Complejo Raimundo Tupper y Fortín Cruzado). Antes, la Fundación podría avisar con tres años de anticipación que terminaba con el vínculo. Sin embargo, esa condición se eliminó y ahora la concesionaria tiene la potestad de acabar con la firma, con 24 meses de antelación.
"Este acuerdo perfecciona el contrato. Nos entrega seguridad en la inversión de nuestra infraestructura, al establecer que sólo Cruzados puede poner fin al arriendo del estadio y la infraestructura del fútbol y no la Fundación. Además, reduce los pagos y lo mas importante, los vincula al flujo de recursos disponibles, descontados los costos. Es un acuerdo que nos permite proyectar mejor los destinos de la sociedad", explicó Estévez a La Tercera.
Esta propuesta se estudió hace varios meses e incluso la Pontificia Universidad Católica (PUC), propietaria de la marca UC, debió aprobar las modificaciones del vínculo. Ahora, como dicen desde el interior del club, Cruzados puede aspirar a una mejor inversión, pero aún siguen inconclusas varias inquietudes de los accionistas como por ejemplo sigue vigente el pago de 1.000 UF (+IVA) mensuales por arriendo del estadio y continúan con derecho a veto dos directores definidos por la Fundación.