Mientras Jorge Sampaoli aún era entrenador de Sevilla, el pasado 15 de marzo de este año se discutía en el 13° Juzgado de Garantía de Santiago el sobreseimiento del ex DT de la Selección Chilena en el marco del caso ANFP, relacionado con la controvertida gestión de Sergio Jadue. Según su abogado, Ricardo Freire, no existían razones para mantener al casildense en condición de imputado en esta causa. Sin embargo, el tribunal estimó que todavía existían asuntos por investigarse, razón por la cual el actual técnico de la selección de Argentina aún debe mantener un ojo puesto en este lado de la cordillera.
El motivo de todo lo anterior es el anexo de contrato que firmó Sampaoli con Sergio Jadue, con fecha 1 de julio de 2014. En realidad, quien firmó por el lado del argentino fue la "sociedad Alta Lake Investing Limited, constituida y vigente en conformidad a la legislación de las Islas Vírgenes Británicas", cuyo representante fue el originario de Casilda. Lo que se sabe hasta ahora es que en aquel documento se había establecido un pago de US$ 200 mil por "prestaciones de servicios adicionales y de imagen", a cambio de dar charlas y supervisar el currículo académico del Instituto Nacional del Fútbol. De acuerdo a la serie de querellas que presentó el actual directorio de la ANFP, tales funciones comprometidas no fueron realizadas.
Sin embargo, este anexo de contrato -que además contó con la firma de Nibaldo Jaque, ex brazo derecho de Jadue, estableció con claridad tres requisitos que debía cumplir Sampaoli para acceder al mencionado pago. Además de lo ya sabido, el contrato fijaba detalles como la duración de las actividades y los plazos en que el ex técnico de la "Roja" debía realizarlas.
En un primer punto, Sampaoli se comprometió a "realizar un análisis detallado de la malla curricular de la carrera de director técnico profesional impartida por el Instituto Nacional del Fútbol (INAF) y una propuesta formal de las rectificaciones y modificaciones que se deben incorporar con el objeto de fortalecer y mejorar la tecnología de enseñanza basada en la experiencia del titular en el ejercicio de su función de seleccionador nacional".
Agrega: "El informe se deberá entregar y aprobar por el INAF durante el año 2014. El Inaf podrá usar en sus dípticos e informaciones la imagen del técnico y el informe que se entregará para fines de promocionar la carrera y destacar que participó en el diseño de la malla curricular".
La segunda obligación de Sampaoli era "realizar o participar personalmente (en) una clase magistral por año a los técnicos de Primera y Primera B, mientras sea técnico de la Selección Chilena de fútbol adicional a otras charlas que se obligó con anterioridad. La clase durará a lo menos dos horas en las instalaciones que informe con 10 días de anticipación al empleador, las que se podrá anunciar con la imagen del técnico".
Y en tercer término, el actual DT de la albiceleste debía "realizar o participar personalmente en dos charlas durante el presente año 2014 de a lo menos 45 minutos cada uno, en las instalaciones que informe con 10 días de anticipación la ANFP. Las charlas se podrán comercializar a las empresas y los ingresos serán íntegramente para la ANFP, quien podrá anunciar con la imagen del técnico".
El resto del cuerpo técnico de la Selección Chilena de aquel entonces también firmó un anexo de contrato con un tenor similar, y también en representación de sociedades con sede en Islas Vírgenes Británicas. Eso sí, en el caso de Sebastián Beccacece y de Jorge Desio, el pago ascendía a sólo US$ 100 mil.