Desde esta semana, el tribunal federal de San Francisco está viviendo una de las batallas legales más sabrosas de Silicon Valley, luego de que comenzaran las primeras audiencias y presentación de pruebas en el juicio que enfrenta a Waymo, la división de vehículos autónomos derivada de Google y Uber, la aplicación de choferes personales que se ha tomado el mundo.
Esto porque Waymo demandó a Uber por haber usado sin su autorización, tecnología propietaria y secreta para la creación del proyecto de vehículos autónomos con el que Uber pretendía sorprender el mercado.
La pieza clave de todo este juicio es un ingeniero llamado Anthony Levandowski, un ex empleado de Google quien dejó la compañía en enero del año pasado para fundar su propio proyecto, el cual fue comprado por Uber siete meses después. La demanda llega pues, al parecer, Uber no estaba tan interesado en el talento de Lewandowski sino que en los 14 mil documentos altamente confidenciales que él habría tomado, de manera ilegal, de los servidores de la compañía, antes de irse y con los cuales Uber terminó creando su propio proyecto.
La defensa de Uber ha sido clara: no desmienten que Levandwoski haya robado los archivos, pero dicen que bajo ningún motivo estos archivos fueron usados por Uber, ni entraron a sus computadores, y dado que la demanda de Waymo fue contra Uber, ellos no serían culpables. Pero la defensa de Google quiere demostrar que la relación entre Uber y el ingeniero es en realidad más cercana de lo que uno cree.
Por ejemplo, Levandwoski posee 5 millones de acciones en Uber, lo que equivale a 250 millones de dólares, participación que data desde el día después de que dejó de trabajar en Uber. La empresa se defiende diciendo que efectivamente esas acciones se le entregaron en agosto, pero que como parte del trato, se le considera como miembro de la empresa desde que dejó de trabajar.
La historia se pone más compleja porque Uber bloqueó el acceso a 3.500 documentos relacionados con la compra de Otto, la compañía que fundó Levandowski y que luego fue adquirida por Uber, porque dicen que no tiene relación con el caso, aun cuando el juez estima que en esos documentos se hallan las claves para entender el caso. Uber, en tanto, se defiende diciendo que pasaron más de 6 mil horas buscando los 14 mil archivos que se dice que Levandowski robó, entre los servidores de la empresa y los correos electrónicos de sus empleados.
La clave al parecer está en el computador personal del ingeniero, el cual Levandowski no quiere entregar, ya que haciendo uso de la Quinta Enmienda, se rehúsa a ser parte del juicio o responder preguntas de un caso que al parecer aún está comenzando a armarse.