Juan Antonio Pizzi vive su momento más complicado como técnico de la selección chilena. Los malos resultados obtenidos en las últimas tres fechas de las Eliminatorias (dos derrotas y un empate de local ante Bolivia) tienen al bicampeón de América fuera de la zona de clasificación al Mundial de Rusia 2018, un escenario que tiene al hispano-argentino cuestionado.
Y se le nota. Ayer, en la conferencia previa al partido de esta noche frente a Perú, el entrenador se mostró a la defensiva y muy incómodo, especialmente cuando se le consultó por las críticas de los hinchas, entre ellas, un panfleto pidiendo su salida que apareció en el complejo Juan Pinto Durán, luego de la caída en Ecuador.
"Nunca me quisieron todos y creo que nunca me van a querer todos, pero tenemos la convicción de que lo que estamos haciendo está bien. Tenemos resultados que nos avalan, como la Copa América. Estamos comprometidos con los jugadores y vemos que ellos también lo están. Vinimos a asumir en una situación complicada por todo lo que había pasado. Hace apenas ocho o nueve meses que estamos trabajando, hemos conseguido el logro más importante fuera de Chile que es la Copa América y eso respalda lo que hemos estado haciendo", respondió.
En la intimidad del búnker de la Roja el comportamiento de Macanudo ha sido similar, apuntan en el recinto deportivo. Consciente del preocupante pozo futbolístico en el que cayó el equipo, el seleccionador se ha visto ansioso, inquieto, lejos de la parsimonia que exhibió durante los primeros meses.
Esa conducta también se le ha observado durante los entrenamientos. En un comienzo, el adiestrador era de mirar las prácticas quieto y muy sereno en alguna parte de las canchas de Pinto Durán. Sin embargo, después de la paupérrima actuación de sus dirigidos en Quito, no volvió a ser el mismo. Ya no se quedaba fijo. En vez de eso, caminaba constantemente de un lado a otro, mirando al cielo, intranquilo, como buscando respuestas, una solución al mal presente deportivo.
En su momento más complejo al mando de la Selección, Pizzi defendió su proceso con la obtención de la ya mencionada Copa América Centenario y excusándose repetitivamente en que la altura explicaba la derrota en el Olímpico Atahualpa.
"No veo relajo. Hace tres meses ganamos la Copa América con estos jugadores, con este sistema; después hemos jugado tres partidos y la línea estuvo siempre por la misma forma, mejor o peor, salvo en el partido con Ecuador. No hemos modificado eso y creo que mañana (hoy) tenemos que insistir con lo que nos dio buenos resultados", sostuvo.
El DT se vio tenso y, en ocasiones, cortante, como por ejemplo cuando evitó criticar a la ANFP sobre el precio de las entradas, a diferencia de la antesala al duelo con Bolivia. "Estoy seguro de que el estadio va a estar lleno", dijo, escuetamente.
Un empate o una derrota ante los del Rímac dejará en un escenario muy difícil al ex técnico de Universidad Católica. Una cláusula "de caballeros" en su contrato implica que tanto él como la ANFP pueden revisarlo tras la próxima doble fecha clasificatoria de noviembre, según indican distintas voces al interior de la federación.
Si bien Pizzi está intranquilo, todavía mantiene la esperanza de mejorar el panorama. "Esta es una eliminatoria muy complicada. Trataremos de sumar la mayor cantidad de puntos posibles, pero todavía queda mucho en juego", advirtió. El crédito no es mucho, sin embargo, y el DT lo sabe.