No sólo el ahora ex embajador de Chile en Francia Patricio Hales enfrentó acusaciones por acoso laboral durante su gestión. Desde 2014, al menos otros cinco altos diplomáticos han sido objeto de sumarios administrativos de Cancillería, tras recibir denuncias de funcionarias tanto por persecuciones laborales como por supuestos malos tratos. Al igual que lo ocurrido en el caso de Hales, todas estas situaciones fueron investigadas por otros embajadores o cónsules, quienes no lograron acreditar los hechos denunciados y finalmente cerraron las causas decretando el sobreseimiento o aplicando sanciones mínimas. En cuatro de las causas, tras desechar las denuncias, tiempo después los diplomáticos fueron redestinados.
Traslado a Caracas
Una carta con membrete de la Universidad Católica, enviada el 19 de enero de 2016 por el decano de la Facultad de Historia, Patricio Bernedo, al subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido. Allí, la autoridad académica manifestaba su preocupación por "la situación de acoso que habría sufrido en Cancillería" una estudiante que realizó su práctica profesional en la subdirección de Operaciones de Paz. "Según nos denunciara, el ministro consejero Pablo Mesa, director adjunto de Seguridad Internacional y Humana, la abordó en su oficina con avances de connotación sexual que no fueron ni incitados ni consentidos por la estudiante", señala la misiva.
La investigación reservada de Cancillería revela que los hechos ocurrieron en una reunión de octubre de 2015 entre Mesa, de 60 años, actual cónsul general de Chile en Caracas, y la estudiante en práctica M.I.S., de 23 años. El diplomático cerró la puerta y allí dijo que la iba a echar de menos cuando terminara la práctica y le pidió un mail, entonces "le habría señalado que se veía bien con su chaqueta roja, tras lo cual le habría preguntado si le podría decir algo sin que ella se enojara, añadiendo 'usted me atrae'", señala el informe de la fiscal del caso, la embajadora María del Carmen Domínguez. El documento agrega que aunque la joven expresó su molestia y se retiró, el diplomático la llamó insistentemente por teléfono y en la tarde la interceptó en el metro, para pedirle que olvidara lo ocurrido. La estudiante informó el caso a la receptora de denuncias de acoso sexual del ministerio. También a su jefe directo, el primer secretario Fernando Salas, quien al enfrentar a Mesa, este reconoció que "los hechos fueron más o menos así", ante lo cual le pidieron que se tomara vacaciones.
La abogada de Mesa, María Rosa Izquierdo, dijo que todo se trató de un "cumplido" que fue malinterpretado. "Todo fue a raíz de una chaqueta roja, que motivó que mi representado le dijera cumplidos", sostiene. Añade que esto pasó poco antes del fin de su práctica, y "si hubiera sido acoso sexual o la intención del mismo, habría comenzado desde el inicio de la práctica y de forma reiterativa y no al final".
En su dictamen, la fiscal señala que aunque haya sido su superior jerárquico no se configura acoso sexual, porque no hubo incitación a tener relaciones sexuales. Dice que el embajador tiene 35 años de carrera e irreprochable conducta anterior, por ello lo sanciona con una medida disciplinaria de censura, esto es una reprensión por escrito y una nota en su hoja de vida. Acorde con lo anterior, no se le impidió asumir su nueva destinación como cónsul general en Venezuela.
De Croacia a Magallanes
Otro caso vinculó a Germán Ibarra, quien siendo embajador de Chile en Croacia fue acusado por la tercera secretaria de la embajada, E.M.V., de acoso laboral. Según su relato, el diplomático la violentaba y hostigaba desde que le contó que estaba embarazada. Señala que en un principio se sintió obligada a ir y regresar del trabajo con él todos los días y acompañarlo a tomar café en un área de fumadores. "Le expresé que la doctora me había contraindicado estar en ambientes cerrados con humo, sin embargo, siguió insistiendo en que lo acompañara y continuaba con el hábito de fumar frente a mí", dice en su declaración. Y agrega que en una oportunidad él le hizo un comentario sobre el aborto: "Ese comentario me apretó el corazón y llenó de temor, porque sentí que no era apropiado dirigirlo a una persona embarazada".
E.M.V. perdió el hijo que esperaba. Y relató: "Esa mañana, como era habitual, el embajador me pasó a buscar a mi casa. En el auto oficial le dije que estaba triste, con fuerte dolor abdominal y que habría preferido trabajar desde mi casa. Él comenzó a gritar y golpeó con fuerza el volante del auto. Me dijo gritando: 'Eres muy inteligente, pero taimada y caprichosa'". Sostuvo que en los meses siguientes el embajador comenzó a tratarla mal, a cuestionar su trabajo.
Cancillería designó como fiscal para investigar la denuncia al embajador de Chile en Hungría, Rodrigo Nieto. Este viajó a Zagreb para entrevistar al embajador de Croacia, quien desestimó las acusaciones señalando que cuando supo que E.M.V. estaba embarazada, "tuve una respuesta positiva. Incluso le conté a mi señora. Le dije que era su derecho el posnatal y no me correspondía cuestionarlo". Dice que no recuerda haber conversado con ella sobre el aborto. "Podemos haber conversado, pero no lo recuerdo". El diplomático reconoce una discusión posterior con la funcionaria, en que "ante sus irrespetuosos ataques perdí la paciencia y golpeé con el puño mi escritorio".
Al tener versiones encontradas y sin testigos para ratificar los hechos, el informe del fiscal señala que "no se constituye acoso laboral", y propone el sobreseimiento. Luego del cierre de la causa, en julio de 2015, el embajador Ibarra fue redestinado como delegado ministerial a la Región de Magallanes.
El caso de Praga
En octubre de 2015, la secretaria contable de la embajada de Chile en República Checa, X.A.N., contrató al estudio de abogados checo Briza & Trubac para presentar una denuncia de acoso laboral contra el embajador Rodrigo Gaete. Cancillería ordenó un sumario administrativo, nombrando como fiscal al embajador de Chile en Turquía, Fernando Varela, quien viajó a Praga a tomar declaraciones.
En su testimonio, la denunciante dijo que debió someterse a tratamiento psiquiátrico por ansiedad, debido a supuestos malos tratos del embajador que, según declaró, la trataba con un lenguaje duro, menospreciaba su trabajo, le imponía mayor carga laboral y la instaba a renunciar. Relató también que el diplomático tenía reacciones explosivas y que en febrero de 2015 ocurre una situación amenazante: "Entró a mi despacho intempestivamente y lanzó un puño hacia mi rostro, pero sin tocarme".
A su turno, el embajador Gaete calificó las denuncias como infundadas, debido a que ella no quería asumir mayores responsabilidades en la embajada y que "detrás de esto solo hay un interés monetario". Añade que este tema lo ha afectado en su salud. "El caso de la señora se parece más a un acoso laboral a la inversa. El empleado persiguiendo al jefe. Para mí esto es una molestia enorme. Para evitar los efectos de su enfermedad mental, tendré que evitar todo contacto personal. En una embajada de cuatro personas esto es difícil", argumentó el embajador.
Otros funcionarios interrogados en el proceso concordaron que las denuncias eran "tergiversaciones" o "simplemente mentiras" y destacaron el buen trato del embajador. "Las relaciones humanas son complejas y difíciles, y en las embajadas las sensibilidades y sentimientos también juegan un papel determinante", señala el informe del fiscal que, ante la ausencia de pruebas concretas y al no detectar abuso de autoridad, sobreseyó el caso en enero de 2016. Se rechazó la solicitud de la denunciante de revisar las cámaras de seguridad de la embajada o los correos donde el embajador la mencionara. En enero de 2017, Gaete concluyó sus funciones en Cancillería y fue reemplazado en la embajada por Renán Fuentealba.
Denuncia en Chicago
Rodolfo Montecinos Mac-Adoo es el cónsul general de Chile en la ciudad de Chicago, Estados Unidos. Su carrera diplomática incluye un paso por Panamá, Turquía y Bolivia, siendo en este último país donde recibió una sanción: en 2014, la Cancillería le aplicó la medida disciplinaria de censura, tras poner en riesgo información sensible para Chile, siendo cónsul en La Paz. Un dictamen de la Contraloría detalla que Montecinos permitió "el ingreso de personas ajenas a la institución para analizar temas relativos al área informática", y también por contactar a "una empresa externa a fin de solicitar un presupuesto para el cableado de la red del recinto consular".
Pero esta no sería la última investigación en su contra. En septiembre de 2015, la Cancillería abrió un nuevo sumario. Esta vez por denuncias de "acoso laboral" que afectaban a la ministra de fe del consulado de Chicago, A.A.A., funcionaria con más de 38 años de carrera y que desde 2000 trabajaba en EE.UU. Una "actitud violenta", "humillaciones", "malos tratos" y una "anulación profesional y personal" formaron parte de las denuncias contra el diplomático.
Este, según consta en el sumario, se defendió argumentando que los hechos eran inexistentes y que la "denunciante tiene la imaginación muy creativa". Además, negó haber incurrido en actos irrespetuosos y que "no ha tenido actitudes violentas y desconfiadas en contra de la denunciante; que ella interpreta las situaciones o instrucciones de acuerdo a su distorsionada visión", detalló al fiscal instructor, Luis Plaza Gentina, diplomático radicado en Colombia.
Tras analizar los antecedentes, y contrarrestar las declaraciones de testigos, en junio de 2016 Plaza propuso al subsecretario de RR.EE. "el sobreseimiento del sumario, por cuanto no se ha acreditado responsabilidad del denunciado".
Ex cónsul en Mendoza}
"Me solicitó que le trajera una tabla de cortar (del tipo de las utilizadas en la cocina) y un cuchillo para cortar carne, los cuales le entregué. Al recibir de mi parte los elementos solicitados, hizo un ademán con el cuchillo, alzándolo en la mano derecha sobre su cabeza y me dijo: 'Con éste (refiriéndose al cuchillo que tenía alzado) la voy a acuchillar', expresión que me repitió en dos ocasiones". Esta fue la denuncia que el 9 de septiembre de 2016 la empleada C.M.V.G. presentó contra el entonces cónsul en Mendoza, Juan Pino Vásquez. Este hecho llevó a que el Ministerio de RR.EE. designara como fiscal al ex cónsul de Chile en Sao Paulo Hernán Bascuñán.
En una primera instancia, el caso se manejó solo a nivel administrativo. Pero la denunciante decidió llevar los antecedentes ante la justicia transandina, causa que investigó el fiscal Gustavo Pirrello. Este caso fue archivado tres días más tarde, por no lograr incorporar "ningún elemento probatorio", dice la resolución judicial. El 14 de octubre de 2016, el sumario administrativo de Cancillería también llegó a su fin, luego de que el fiscal instructor argumentara que "no se encuentran acreditados los hechos denunciados". En mayo de 2017, el cónsul Pino fue retirado de su cargo diplomático por emitir opiniones político-electorales. La funcionaria, en tanto, fue despedida.