Revelaciones, imágenes inéditas y retratos más cotidianos que los difundidos por los boletines oficiales. De algún modo, esa es la aspiración general de la serie de documentales musicales que animarán una nueva edición del Festival In-Edit, que partió ayer y se extenderá hasta el domingo 16 en cinco sedes. Una programación que luce una diversidad apabullante, desde Pascuala Ilabaca a Pulp, pero que se fragmenta en un área internacional y otra local.

A la hora de fijar la mirada, el rubro foráneo ofrece dos esenciales: The Zen of Bennett, la trastienda de Duets II (2011), el álbum que devolvió a Tony Bennett a los rankings y las giras masivas; y Charlie is my darling, el filme perdido que en 1965 registró el ascenso a la fama de The Rolling Stones.

En el caso del crooner, el arribo al país de su cinta -también disponible en la plataforma Netflix- asoma como sincronía pura: justo hoy, su día de estreno en el evento (19 horas en el Teatro Nescafé de las Artes), el artista tenía planeado aterrizar para el show que dará mañana en el Teatro Municipal, su retorno luego de 23 años.

Como una suerte de aperitivo, The Zen... lo muestra viajando a las más diversas latitudes para concretar sus duetos con Amy Winehouse, Lady Gaga, Michael Bublé y Aretha Franklin, entre otros. Mientras que a la primera se le ve errática -la grabación se hizo sólo meses antes de su fallecimiento- y lamentando que una artista como Dinah Washington haya muerto tan joven, a Bublé se lo aprecia como un alumno aventajado, recibiendo las más humildes sugerencias de su maestro.

"Fue una maravillosa experiencia cantar con todos esos artistas. Viajé a casi todos sus países para grabar directamente con ellos. No creo en la tecnología y en los duetos a distancia, eso es muy falso. Entonces, Dany me dio la idea de registrarlo, y así fue, para inmortalizar ese ambiente. Todos colaboraron mucho", cuenta el propio artista a La Tercera y en alusión a su hijo, productor del proyecto.

Lo de los Stones tiene un afán más revisionista, pero también observa de cerca el presente. Con motivo de sus 50 años, celebrados durante 2012, el director Peter Whitehead y su equipo decidieron restaurar un documental registrado en 1965, durante los dos días en que el grupo giró por Irlanda, y que no se estrenó en ese momento por el poco interés de los músicos. En una era en que contemporáneos como The Beatles tenían sus primeras apariciones en video, se decidió que los londinenses también debían ofrecer ese acercamiento. Robin Klein, productora de la cinta, explica: "El propósito sólo era hacerlos sentir cómodos frente a una cámara y que vieran cómo se comportaban en esas condiciones. No se trataba de hacer una película sobre un concierto. Y eso es lo que descubrimos el verano pasado, que pudimos haber tenido una película sobre un concierto".

La cinta fue archivada durante 34 años, hasta que en 1999 se optó por desempolvarla. Así, el material original de 35 minutos creció a 65. Pero debido a que la tecnología aún no era suficiente, se decidió guardarla hasta el aniversario de la agrupación. Sin embargo, lo que hace especial a Charlie is my darling es que muestra a los Rolling Stones a las puertas del estrellato, cuando (I can't get no) Satisfaction era el single número 1 en EE.UU. e Inglaterra. Klein agrega: "Los captura en un momento en que son muy inocentes. Y están pensando qué sucederá con ellos. No saben que van a estar juntos por 50 años. El rock and roll era cosa nueva". La tesis queda demostrada cuando un tumulto de fans los espera, mientras que los músicos quedan en shock, ya que aún no se sienten famosos. "Jagger dice que continuarán con la banda dos o tres años y luego tendrán que buscar un empleo. También cuenta que están en medio de una revolución. En 1965 el mundo está cambiando, y que él lo vea así es algo intuitivo", concluye. La cinta se dará este domingo y el 16 en el Nescafé de las Artes, y el 15 en el Frontis del Museo de Arte Contemporáneo.