En medio de la celebración de ayer en la tarde, cuando los saludos para los líderes partidarios eran la tónica en el Hotel Crowne Plaza, hubo una frase especial para la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe: "Felicitaciones, ahora a golpear la mesa", le dijo una dirigenta a la senadora.
La escena retrata en parte uno de los principales focos de atención en el nuevo mapa de poder del oficialismo: cómo la UDI resuelve su crisis interna para desembarcar en el gobierno de centroderecha, en contrapartida a Renovación Nacional, que recibió el triunfo con "la casa ordenada", como señalan sus principales dirigentes.
La campaña de segunda vuelta fue más bien ausente para el liderazgo de la mesa de la ex intendenta del Biobío, pues el resultado de la elección parlamentaria golpeó con fuerza la interna del partido. La UDI dejó de ser la colectividad más grande del bloque -hoy tienen 28 y lograron elegir 30, muy por debajo de sus propias expectativas- y cedió la hegemonía del sector a RN, quien a partir de marzo será el socio controlador del eje tradicional de la centroderecha.
"Hoy déjennos celebrar", decía anoche la senadora Van Rysselberghe, cuando se le consultó en reiteradas ocasiones por el futuro de su partido y de la coalición Chile Vamos. La ex alcaldesa se dedicó a reiterar mensajes de unidad para la dirigencia de su partido, agradeciendo el trabajo territorial. "Un resultado de esta naturaleza no se logra con aportes individuales, este fue un aporte colectivo. Hubo un gran despliegue y en eso estoy totalmente agradecida de cada uno de los militantes, adherentes y dirigentes de mi partido, de la UDI, porque se desplegaron a nivel nacional y trabajaron duro", expresó ayer.
Esa es justamente la línea que por estos días reforzará Van Rysselberghe. Sus cercanos señalan que, sin duda, hará una autocrítica por los resultados parlamentarios, un punto que, sobre todo, ha sido exigido por la incipiente disidencia liderada por el diputado Jaime Bellolio. Sin embargo, añaden las mismas fuentes, no concederá los puntos que se han instalado en torno a que la senadora "vetó" ciertas candidaturas", aunque sí reconocerá falta de manejo respecto de las expectativas de algunos candidatos.
En esa línea, la directiva que encabeza intentará instalar la importancia de desembarcar en el gobierno con unidad. "La UDI hegemónica no debe tener estas luchas internas para sobrevivir", es el análisis interno que se hace por estos días. Asimismo, dicen, la senadora pretenderá enfatizar la necesidad de actuar con "madurez política" para enfrentar varios desafíos externos. Por lo pronto, lo que representan los liderazgos del el ex UDI José Antonio Kast y de su sobrino Felipe (Evópoli). El primero, explican, quedó "valorizado" en la centroderecha tras su performance en la primera vuelta presidencial, y conserva un alto ascendiente sobre sectores del gremialismo. El segundo, en tanto, visibiliza la urgencia por "modernizar" el sector. Factores que la UDI deberá revisar a la hora de replantear su identidad.
Sobre la relación con Piñera, en el partido buscarán que el Presidente electo -en pos de la unidad- mantenga un canal directo "institucional" de comunicación con el partido. Sin embargo, hay voces que ya posicionan al senador y "coronel" Juan Antonio Coloma como el nexo con el futuro gobierno.
En el círculo de la senadora se encargan de transmitir que tiene una "relación honesta" con Piñera, y que con ella como presidenta de la UDI no tendrá episodios disidentes como sí los hubo con Carlos Larraín o Patricio Melero en su anterior gobierno. "Ella no lo va a sorprender", dicen.
Otro factor que podría jugar a favor de la senadora Van Rysselberghe es el hecho de que en su región -Biobío- Piñera obtuvo uno de sus mejores resultados con un 58,82% de los votos.
Con todo, en la disidencia aseguran que será inevitable dar curso a un proceso de discusión interna, que podría darse en el consejo general que la directiva pretende convocar para enero próximo.
El rol del partido más grande
Corren con ventaja. Ese es el escenario que vislumbran en RN. Es el partido con más diputados y sus líderes militantes son las figuras más influyentes en el comando presidencial, exceptuando al ex ministro Andrés Chadwick (UDI). Aunque los favorables resultados parlamentarios -tendrán 36 diputados a partir de marzo- ayudaron a fortalecer el clima de unidad interno, en marzo podría abrirse un capítulo que genere algunas tensiones.
Si el timonel del partido, Cristián Monckeberg, asume un cargo en el nuevo gobierno, la presidencia queda abierta, pues su periodo en la mesa se extiende hasta noviembre. Para eso ya se han estudiado varias fórmulas: lograr un acuerdo, o llamar a elecciones internas para ese mismo mes para que asuma el actual secretario general, Mario Desbordes. El dirigente ya cumplió una de las "condiciones" que en el partido se le habían puesto para asumir eventualmente la presidencia: ser electo diputado.
La "condición" se había fijado como una manera de articular asertivamente una bancada de diputados -que en su mayoría se renueva- en la relación con el gobierno de Sebastián Piñera. Eso, para evitar la repetición de errores de la administración pasada.
RN, además, se posiciona como el partido con más cartas presidenciables para un próximo periodo -Manuel José Ossandón, Andrés Allamand, Francisco Chahuán y Alberto Espina- en una pugna que a partir de hoy se hará inevitable en el sector.
Irrumpe una tercera fuerza: Evópoli
Fue la semana pasada, a seis días de la elección, que el candidato Piñera lanzó una frase que incomodó al resto de las colectividades de Chile Vamos. "Aquí yo veo a la mitad de nuestro gobierno y a tres cuartas partes de nuestro futuro gobierno", dijo el ex mandatario en una cena por el quinto aniversario de Evolución Política (Evópoli).
El gesto recibió reparos directos de Cristián Monckeberg, y puso nuevamente en debate la eventual influencia de la nueva agrupación en el futuro gobierno.
Evópoli también tuvo resultados favorables en la elección parlamentario: de un representante en la Cámara -su fundador, Felipe Kast- pasaron a tener seis diputados y dos senadores. Un impulso para la irrupción de una fuerza de corte "liberal" en el sector y para la influencia de la figura de Kast para la campaña de la segunda vuelta.
Este viernes y sábado, Evópoli realizó un encuentro partidario en Rosario, en la Región de O'Higgins. Si bien la cita tuvo como fin la exploración programática entre la directiva y los parlamentarios electos, en la reunión también se abordaron los escenarios para el partido en caso de que Piñera fuera electo. Así, Evópoli ya definió tres materias prioritarias que pedirán impulsar a Piñera: un plan para modernizar el Estado, impulsar la idea de "los niños primero en la fila", tal como lo planteaba Felipe Kast en la campaña a primarias, y una agenda de emprendimiento.
El desembarco al gobierno
"Somos soldados obedientes y vamos a estar donde más podamos ayudar y cooperar con este gobierno", dijo ayer la senadora Van Rysselberghe cuando fue consultada por los futuros cargos ministeriales.
Sus palabras -con más cautela que a días de la entonces elección del 19 de noviembre, cuando públicamente dijo que querían presencia en el comité político y que Chadwick no era representativo de la UDI- son parte del debate que copará la discusión del sector hasta que Piñera nombre a su gabinete, lo que debería suceder durante el mes de enero.
De hecho, hoy, en los respectivos almuerzos de directiva -RN y UDI- está planificado que las mesas aborden su desembarco al gobierno. En torno a los ministerios, en RN destacan a figuras como Alberto Espina, que apuesta por Justicia; Nicolás Monckeberg, que podría liderar la Segegob o el Ministerio del Trabajo, y el propio Cristián Monckeberg, quien aparece como posible secretario general de la Presidencia. De hecho, será el propio timonel del partido y Mario Desbordes quienes liderarán las conversaciones con el piñerismo para definir a los militantes que desembarcarán en el gobierno.
"A nosotros no nos interesa ser el corazón ni el pulmón del gobierno, nos interesa participar con nuestra mejor gente para que al gobierno le vaya bien", sostuvo ayer Cristián Monckeberg. Minutos antes, Van Rysselberghe, consultada por la idea que se intentó instalar desde principios de año, había dicho: "Aspiramos a ser el corazón y ojalá también parte del cerebro". A esta misma discusión se sumó ayer el presidente de Evópoli, Francisco Undurraga: "Nosotros no buscamos ni ser el corazón, ni los pies del gobierno. Buscamos hacer un gobierno que esté de cara a la gente. Aquí no se trata de una competencia por quién tiene más ministros, nosotros no estamos de acuerdo con eso, sino que estamos de acuerdo por un programa de gobierno y ese programa tenemos que implementarlo entre todos, no se monopoliza, ni a través de la UDI, no a través de Evópoli. El programa es de Chile Vamos, hemos logrado armar una coalición y yo pido respeto por la misma", dijo.
Respecto a los ministeriables, en Evópoli creen que no deberían tener más de cuatro o cinco carteras, básicamente porque ellos mismos reconocen que al ser un partido nuevo "carecen de figuras", aunque precisan interés por formar parte del comité político. En el partido aseguran que Jorge Saint-Jean podría ser una buena carta para Segegob. También destacan a Gonzalo Blumel, Loreto Recabarren e Ignacio Briones.
La pugna de los presidenciables 2021
Manuel José Ossandón, Felipe Kast y José Antonio Kast se pusieron a disposición de la candidatura de Sebastián Piñera para la segunda vuelta. Los dos primeros compitieron en la primera presidencial de julio y el diputado en la elección del 19 de noviembre.
"¿Quién será ahora el responsable del triunfo?", era una de las preguntas que se realizaban anoche en medio de la celebración, pues, en privado, reconocen que los tres parlamentarios dispusieron de su capital político para la candidatura, con el fin de aspirar a una futura elección de 2021.
"Tenemos que hacer lo imposible para que nuestra coalición no solamente gobierne cuatro, sino que ocho y 12 años", señaló anoche Monckeberg, reiterando una frase que se ha repetido en varias ocasiones anteriores dentro de Chile Vamos.
A eso, Desbordes agregó ayer: "Una de las cosas que tenemos que aprender como lección del gobierno anterior es que hay que potenciar personas para que tengamos al menos uno o dos periodos más. Renovación tiene varios liderazgos potentes y tenemos que poner al partido a disposición de esos liderazgos junto con trabajar con el gobierno para asegurar continuidad".
En RN asumen que Ossandón, Allamand, Chahuán y Espina pueden ser esas cartas. Por lo mismo, internamente, en caso de conformar una nueva mesa directiva, buscarán guardar equilibrios para no causar "pugnas".
Lo cierto es que tras el triunfo de ayer, en RN asumen que Ossandón corre con ventaja respecto de Felipe y José Antonio Kast, pues fue capaz de torcerle la mano a Piñera e instalar temas en la campaña como la gratuidad en la educación superior. Y su apuesta de mejorar la votación del abanderado del bloque en comunas como Puente Alto fue exitosa. "En Puente Alto nos fue extraordinario, sacamos el 47%, entonces, nosotros aportamos los votos que faltaban para ganar, de la centroizquierda, del centro... En Puente Alto hubo gente del Frente Amplio que votó Piñera, gente de ME-O que votó por Piñera. La derecha social aquí fue muy importante, la gratuidad fue fundamental, que el presidente haya escuchado a la gente", dijo Ossandón. Acerca del futuro de la coalición, puntualizó: "La unidad siempre la da el presidente de la República, él nos tiene que dar el lineamiento a seguir".