Tras el fracaso vivido el segundo semestre del año pasado, cuando el equipo no consiguió ganar ninguna copa, la cúpula de Azul Azul anunció que el plantel se reforzaría de buena manera para pelear la Copa Libertadores y reconquistar el título local.
Dijeron que invertirían cinco millones de dólares en incorporaciones. A la postre, sólo se gastó la mitad del dinero prometido, que sirvieron para traer entre otros a un delantero de Primera B, dos jugadores Sub 20 y un extranjero que militaba en la Segunda División de Argentina.