La María Antonieta israelí. De esta forma -comparándola con la esposa del Rey Luis XVI de Francia- definió en marzo una columnista del diario Haaretz, a la esposa del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Es que una serie de controversias que rodean a Sara Netanyahu, amenazan con dañar políticamente la carrera del líder israelí.

La semana pasada, según distintos medios israelíes, una investigación policial habría recomendado acusar a la esposa del jefe de gobierno por mal uso de fondos estatales e inflar sus gastos domésticos, en la administración de las residencias del primer ministro en Jerusalén y Cesarea (esta última de propiedad de los Netanyahu).

Netanyahu rechazó las versiones de la prensa y aseguró que la investigación policial no recomendó incriminar a su esposa. "Varias afirmaciones publicadas en los medios se demostraron sin bases, cosa que ha sucedido también  con otros medios, contra la familia Netanyahu en el curso de los años", aseguró el  primer ministro en un comunicado.

Según el Canal 2 de televisión, la policía tiene suficientes pruebas para llevar a juicio a la Sara Netanyahu, información que se deduce de las pesquisas llevadas a cabo desde 2015 en adelante. Sin embargo, ahora los jueces deben definir si  corresponde o no procesarla.

Según el diario Haaretz, Sara Netanyahu habría realizado reparaciones eléctricas y cambios en los muebles de jardín de su casa con dineros públicos.

La investigación de la policía también apunta a que entre 2009 y 2013 la mujer embolsó hasta 24.000 shekels (unos US$ 6.200) por el monto de devoluciones por reciclaje de botellas de bebida servidas en actos oficiales en su residencia oficial. En Israel los negocios devuelven un dinero por la entrega de las botellas de bebidas (alcohólicas o no) vacías. Por este caso el primer ministro tuvo que devolver al Estado 4.000 shekels (US$ 1.000) por el ingreso indebido por el abono de las botellas.

Sara trabaja como psicóloga infantil en la Municipalidad de Jerusalén y es la tercera esposa del primer ministro israelí. Desde 1996, cuando su marido ganó las elecciones por primera vez, ella está presente en el ojo público. Desde entonces se ha visto envuelta en otro tipo de polémicas, al ser acusada de mantener una conducta abusiva con sus empleados.

En febrero, un ex funicionario de la residencia oficial de los Netenyahu, el mayordomo, ganó un caso judicial contra ella, alegando que la primera dama tuvo un trato muy abusivo contra él. "Estos incluían demandas exageradas, insultos, humillación y arranques de ira", aseguró  el veredicto. Se trata del cuarto juicio laboral en el que está implicada la mujer en los últimos ocho años.

Otro caso registrado es el de una empleada, inmigrante de Nepal, quien, en el año 2011, acusó a  la esposa del premier de haberla golpeado. "Me empujó y me hirió en el mentón", dijo la nepalí, que se encargaba de cuidar al padre de Sara en la residencia del primer ministro. La oficina de Netanyahu negó la versión de la empleada.