Los primos Marco y Esteban Grimalt ya estaban en Cincinnati cuando se enteraron del problema: la Confederación Sudamericana de Vóleibol le cobraba a la Federación nacional una multa de casi $15 millones por no pagar los permisos de juego de los voleibolistas extranjeros de la Liga Nacional y la no presentación de Linares en el Sudamericano.
“La verdad es que no supimos mucho del asunto acá, pero se solucionó rápido, era más que todo un llamado de atención por parte de la Confederación”. El que habla es Marco (26), el mayor de la dupla, que este martes comenzará en Estados Unidos el tour con el que esperan conseguir la primera clasificación olímpica de Chile en el vóleybol playa.
Por ello es que 2016 arrancó como un año especialmente exigente, compitiendo de lleno en el circuito mundial. “Sólo no fuimos a tres open, porque eran muy lejos, pero hemos jugado prácticamente todo para clasificar a los Juegos Olímpicos”, asegura Esteban.
Pero aún faltan los últimos remaches. Además del Abierto en la ciudad del estado de Ohio, el Grand Slam de Moscú (24 al 29 de mayo) y el major de Hamburgo (7 al 12 de junio) son las otras escalas donde el par buscará los puntos necesarios para llegar a Río. No será sencillo.
La meta es osada, pues apuntan a la clasificación directa a la cita de los cinco carioca. Para eso, deberán terminar entre las 16 mejores duplas del mundo. “Hasta ahora somos decimonovenos en el ranking mundial, pasando a cuartos de final en todas las competencias estaríamos dentro”, reconoce Esteban (24).
Soñar con la clasificación no es un capricho. Desde 2010, cuando decidieron abocarse de lleno a la especialidad, la dupla ha mantenido un ascenso sostenido, que tiene expectante a varios. Insertos en la elite mundial, los Grimalt han escalado hasta el top 20 del circuito, de donde no se han movido este año. “Al principio, claramente cometimos muchos errores, estábamos recién insertándonos en el circuito, pero luego, estando en la elite, las distancias se acortan enormemente”, reconoce Marco.
Y a diferencia de otros deportes, en el vóleibol playa la longevidad es sinónimo de éxito. La mayoría de las duplas ganadoras son compuestas por jugadores mayores, lo que entusiasma aún más a los primos. Esteban lo tiene claro: “Nuestro objetivo principal, proyectando una carrera larga, es clasificar a los Juegos de Tokio 2020. Ahí estaremos maduros. Eso no significa que no queramos clasificar a Río; allá iremos igual”.
Eso sí, de no lograr terminar entre los 16 mejores del mundo, aún les restarían dos opciones más. Marco, convencido, explica que “si no clasificamos, tendríamos que volver a Chile para jugar la Copa Continental, que entrega un cupo directo a los Juegos y dos repechajes. Sea como sea vamos a buscar la clasificación”.
Es el todo o nada de los Grimalt. El viaje a Río ya está en su última escala.