El traslado no fue fácil. El grupo de cinco guanacos (Lama guanicoe), animales que pueden pesar hasta 120 kilos, permanecía en la reserva Altos de Cantillana, en la cordillera de la Costa de la Región Metropolitana, donde había sido parte de un estudio, pero debía llegar a su hogar definitivo en el Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas, en el Cajón del Maipo.
Allí permanecerán como parte de un proyecto que busca regresarlos a la zona central.
Hace 500 años, la especie vivía en todo el país -incluyendo la precordillera de la Región Metropolitana-, pero desapareció por la caza. Hoy, el 60% que sobrevive está en la Región de Magallanes, otros dispersos en el norte y la cordillera. Ahora, científicos quieren traerlos de vuelta a la zona central para ayudar a restaurar el bosque.
El primer intento no funcionó, cuenta el biólogo Matías Guerrero, estudiante de magíster de la U. de Chile, y parte del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). "Fue imposible mover a los guanacos desde el lugar donde estaban al camión que los transportaría", cuenta.
El segundo intento -cuatro días después- fue mejor y lograron llevarse a cuatro. El último tuvo que esperar un próximo traslado.
Según explica Guerrero, en esta primera etapa de liberación buscan entender cuestiones básicas de la relación entre el guanaco y los bosques nativos de la zona central de Chile. "Posterior a esa etapa (entre uno a dos años) tendremos información para poder establecer una población de guanacos más grande con individuos reproductivos", señala. Este primer grupo lo componen sólo machos.
Mútiples beneficios
Traerlos a la zona central apunta como objetivo a aprovechar los beneficios que tiene en el medio ambiente en el que se inserta al animal, el mayor mamífero terrestre del país y el ungulado (que se apoya y camina con el extremo de los dedos) más grande de Sudamérica.
Para alimentarse, los guanacos cortan las puntas de las ramas de los árboles (ramonean), lo que ayuda al crecimiento de especies, como por ejemplo el espino (Acacia caven).
El animal también dispersa semillas, forma caminos, baños de polvo y defecaderos (montículos de fecas), que enriquecen el suelo. La idea es ver esos efectos en el bosque de la zona central.
Guerrero señala que la especie llegará a una zona en la que puede encontrarse con su principal y único depredador natural: el puma.
Si bien ha habido avistamientos de esta especie felina, el investigador indica que realizaron un seguimiento por cerca de un mes en el lugar, usando cámaras trampa, para ver la presencia de diferentes animales. "No apareció el puma. De todas formas podría aparecer, pero además, en el lugar de liberación existía anteriormente ganado, el cual no ha sido recientemente amenazado por ellos. Existe una probabilidad, pero elegimos el lugar en el que esta sea la más baja", asegura Guerrero.