La última victoria de Colo Colo tuvo héroes impensados: el arquero Alvaro Salazar (24) y el volante Christofer Gonzales (24), dos jugadores que hace algunas semanas estaban en el olvido, conviviendo con la suplencia absoluta en el Monumental, pero que ahora disfrutan de la otra cara de la moneda, la de ser figuras.

Buena parte del inminente título del Cacique en el Torneo de Clausura será gracias a ellos. El portero tuvo una gran actuación ante Everton, en Viña del Mar, con tapadas claves; mientras que el peruano anotó el gol del triunfo en la agonía, cuando parecía que los albos le dejaban el título servido en bandeja a Universidad de Chile, el archirrival.

Esta semana, al menos, las miradas estarán puestas sobre estos jóvenes futbolistas; no en Esteban Paredes, Jaime Valdés o Justo Villar, las estrellas de siempre. Esta vez es el turno de los relegados, de los que ganan menos, de los que no hablan en el camarín, de los más tímidos.

La revancha del meta

Sólo dos partidos le bastaron a Salazar para conquistar el corazón del hincha colocolino. Las malas actuaciones de Paulo Garcés hicieron que el técnico Pablo Guede recurriera a él para salvaguardar el vulnerado y aturdido arco popular. Hasta ahora, su rendimiento ha estado por sobre las expectativas.

En Pedreros, donde se formó como futbolista, lleva varios años. Desde que fue ascendido al primer equipo por el argentino Omar Labruna, en 2012, los informes sobre él no eran los mejores. "Era un arquero que demostraba mucha seguridad en los entrenamientos, pero que al momento de jugar el fin de semana no transmitía lo mismo. Por ejemplo, no era de gritar instrucciones, de ordenar a la defensa, sino que era más bien callado. Con el tiempo ha mejorado harto, ha madurado, pese a que aún le falta por crecer", señalan en el Macul.

Parte de ese crecimiento que hoy demuestra en el campeonato nacional lo adquirió, probablemente, en Barnechea, cuando se fue cedido a préstamo en la temporada 2014-2015. Es más, hace apenas dos semanas Salazar era uno de los fijos en la lista de prescindibles y una nueva cesión era su destino más seguro. Sin embargo, sus últimas actuaciones le dan derecho a soñar con permanecer en Colo Colo por un largo período.

A partir de julio próximo, el meta podrá negociar como jugador libre, ya que termina contrato con el Cacique en diciembre de este año. Eso sí, su renovación se da prácticamente por descontada dado su rendimiento en estas dos fechas. Tampoco es que sea muy difícil retenerlo: es el que gana menos de los profesionales no juveniles de la plantilla, con $ 2 millones mensuales. "Su remuneración está a la par con la de juveniles como Hardy Cavero. No hay que olvidar que hace menos de un mes era sólo el tercer arquero", explican al interior desde Blanco y Negro.

El recuerdo de Sierra

En el Monumental bromean con que Gonzales debe ser el jugador que menos habla en el camarín. "Es muy tímido, calladito y tranquilo. Cuando lo molestan, se ríe no más. Es de hablar muy poco", confidencian.

Uno de sus amigos era Martín Rodríguez, quien emigró a principios de este año a Cruz Azul. Ambos llegaron a Macul a mediados de 2015, pedidos expresamente por José Luis Sierra. Los albos comparten la mitad del pase del volante con Universitario de Lima.

Si bien comenzó sumando minutos con el Coto, poco a poco fue perdiendo terreno. Desde su entorno, incluso, admiten que el mismo Ricardo Gareca, técnico de la selección peruana, le recomendó irse del Cacique debido a la poca continuidad. De hecho, se fue a préstamo a César Vallejo. "No sé si Sierra tiene algo sicológico entre Perú y Chile, porque los hinchas y todos los medios no entendían el por qué no me tomaba en cuenta", dijo en una entrevista en Perú.

Guede solicitó su regreso este semestre, y la decisión parece haber sido la correcta: el peruano que posiblemente le dio el gol del título a Colo Colo, le cuesta US$ 10 mil mensuales a los albos.