Universidad de Chile nació en 1927. Fue el 24 de mayo de aquel año el día escogido para la unión de la federación universitaria de la casa de estudios con Club Náutico, de quien heredó el "chuncho", que se convirtió en el emblema eterno del club.
Tras su conformación, transcurrieron trece años antes del primer gran hito de su historia: la obtención de un título. Sucedió en 1940, dos años después de su ingreso oficial al profesionalismo, y logró consolidarse como el mejor de los diez equipos que participaban del torneo en ese entonces. Culminó la competencia con 26 puntos en 18 partidos. Tres unidades más que Audax Italiano, que fue subcampeón.
Durante la década de 1950 la U prepararía su segundo hito: el Ballet Azul. En 1959, el cuadro azul conformó un equipo titular con diez jugadores formados en las divisiones inferiores. Aquella temporada, la U obtuvo el segundo título de su historia al imponerse 2-1 a Colo Colo en partido de definición. Sería el nacimiento de una época dorada.
De ahí en más, aquel mítico equipo dominó ampliamente el fútbol chileno. Obteniendo, además, los títulos de 1962, 1964, 1965, 1967 y 1969. De aquella época, el cuadro universitario heredó muchas figuras que, con el tiempo, han sido elevadas a la categoría de ídolos por los hinchas: Luis Eyzaguirre, Sergio Navarro, Braulio Musso, Carlos Campos, Leonel Sánchez, entre otros.
Tras el declive del equipo que dominó los años sesenta, la U entró en una fase de transformación. Los buenos resultados deportivos desaparecieron y el club permaneció 25 años sin ganar un título. Y según han manifestado frecuentemente los protagonistas de aquella época, ese fue el período en el que se gestó la mística del equipo, además de forjarse un apego irrenunciable de sus fanáticos. En medio de aquel oscuro período, un tercer hito imborrable: el descenso.
Fue en la temporada 1988-1989, tras una década de problemas financieros y líos dirigenciales. Después, también, de varios cambios de técnico hasta que Manuel Pellegrini se hizo cargo del equipo. La estadística de aquella temporada habla por sí sola: 26 puntos en 30 partidos. Siete triunfos, doce empates y once derrotas. La pérdida de la categoría fue insalvable. El retorno sería rápido, eso sí, ya que a la temporada siguiente consiguió volver a Primera, luego de igualar sin goles e imponerse 5-4 en lanzamientos penales a Palestino, en la definición del título de ascenso.
La década de los noventa le devolvería las alegrías a la U. En 1994, un nuevo hito: campeones 25 años después. El penal de Patricio Mardones en El Salvador para empatar 1-1 con Cobresal y levantar nuevamente la copa de campeón sería una imagen imborrable en la memoria de todos los azules. Volvieron las sonrisas y los buenos resultados. En 1995 nuevamente campeones, y en 1996 semifinalistas de la Copa Libertadores, eliminados en un polémico partido ante River Plate en el Estadio Monumental de Buenos Aires y con una figura que, con los años, se convertiría en leyenda: Marcelo Salas. Sobre el final de la década, un nuevo bicampeonato, en 1999 y 2000, con César Vaccia en la banca y Pedro González como histórico goleador.
En los 2000 la U se coronó en el Apertura 2004 y Apertura 2009, además de volver a meterse en las semifinales de la Copa Libertadores 2010, sin embargo, sólo en 2011 comenzaría a escribirse uno de sus hitos más importantes. Aquel año la dirigencia estudiantil nombró a Jorge Sampaoli como entrenador. Pese a llegar con un recorrido poco conocido, logró imponerse en la elección de DT a Diego Simeone, quien era el otro candidato para la banca.
El casildense revolucionó la historia azul. Obtuvo por primera vez un tricampeonato, gracias a los títulos del Apertura y Clausura 2011, además del Apertura 2012. Se quedó, además, con el título de la Copa Sudamericana 2011 de manera invicta, con un 88,8% de rendimiento. Primer grito de campeón en el plano internacional siendo, de manera indiscutida, el mejor equipo del continente.
Sería la última gran alegría de los azules. Después vendría la 17° corona de su historia, en el Apertura 2014 con Martín Lasarte a la cabeza. Antes del inicio de la era de Sebastián Beccacece, con quien la U seguirá en la búsqueda de nuevos y mayores hitos que engrandezcan su historia.