"Un macho aguanta el dolor". "Si de algo hay que morir". Son frases frecuentes en hombres de todas las edades, reflejo de una conducta habitual en ellos: no atender su salud.
Las cifras del Ministerio de Salud sobre exámenes de medicina preventiva lo comprueban. Un 40% corresponde a hombres, mientras en las mujeres la cifra es de 60%.
Estudios muestran que la salud masculina es más inestable que la femenina. En el caso de los suicidios, ellos cuadruplican a las mujeres y lo mismo ocurre en las muertes violentas. Los indicadores en Chile dicen que los hombres se mueren antes (la esperanza de vida es de 76,5 años para los hombres y de 81,7 años para las mujeres, según INE), y se enferman más que ellas. Según el Ministerio de Salud, muere más población masculina (5,9 por cada mil personas) que población femenina (5,0 por cada mil). En factores de riesgo como el cardiovascular, los hombres duplican a las mujeres con un 20,5% y 11,9%, respectivamente. En hipertensión arterial, la prevalencia es mayor en ellos, con 28,7%, versus las mujeres con 25,3%.
¿Por qué entonces van menos al médico? Para Carlos Güida, académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, los estilos de vida, la actitud ante el cuidado de la salud, la consulta o no, la forma de enfermar y de morir difiere a la de las mujeres fundamentalmente por razones socioculturales.
"Decir que no se preocupan, que son irresponsables, es algo ligero. La responsabilidad se construye y la construcción de irresponsabilidad masculina es algo dogmático", dice Güida.
Existe entonces, aclara, un contexto y condiciones que favorecen que ellos atiendan menos su salud. "Los hombres son socializados para ser fuertes, para aguantar, todas características vistas como de hombría y ahí son contrapuestos con la idea de cuidarse o dejarse cuidar".
Es frecuente ver cómo ellos concurren al doctor acompañados de sus parejas. "Ellas los llevan, y eso se ve en el caso de disfunción sexual, donde las que se preocupan del tema son ellas", agrega.
Hombre fuerte
Hay varias causas que hacen que el hombre no vaya al médico, explica Rodolfo Rosenfeld, urólogo de la Clínica Las Condes, creador del Programa Salud del Hombre.
"Algunas son más antropológicas.Todavía se cree que no deben enfermarse, que es el fuerte, el cazador", indica.
En cambio la mujer, desde el obstetra y el pediatra, dice Rosenfeld, tiene una relación más directa con la medicina. "Los hombres le tienen miedo a la medicina".
Andrés Larach, presidente de la Sociedad Chilena de Coloproctología, explica que en el cáncer de colon y recto, una enfermedad prevenible con un par de exámenes o chequeos en pacientes asintomáticos, no existe conciencia. "Hay menos conciencia en los hombres y más temor a exámenes", aclara.
En ellos, dice Larach, existe estimagtización de muchos exámenes como el de tacto rectal en caso de la próstata, cosas que las mujeres asumen de forma más naturalizada. "Es un tema social de prejuicios en muchos temas", explica.
Otro aspecto importante, es que al acudir al doctor ellos son transformados en pacientes y generalmente son agentes, dice Güida.
Además, muchas veces el hombre es atendido desde los estereotipos de género, agrega. "Y muchas mujeres con estereotipos, los van a retar y le van a decir cómo se tienen que cuidar".
Esos mismos estereotipos sobre cómo ser hombre, hacen que, por ejemplo, el sobrepeso forme parte de la masculinidad.
A nivel internacional, la medicina se preocupa cada vez más por acercarse al hombre. Un trabajo relativamente nuevo, que no tiene más de diez años, señala Rosenfeld.
"Los médicos de atención primaria, los médicos generales, están tomando noción del problema. El único chequeo que se hace el hombre es el de la próstata", dice Rosenfeld.
Se deben poner facilidades para que los hombres sean partícipes de su salud. Desde considerar horarios de atención que no coincidan con los laborales o apertura de los centros de salud los días sábado.
Hoy las listas de espera para atención con especialistas no tienen análisis de género ni los datos discriminados por sexo."Deberían existir políticas orientadas hacia la salud de los varones, más allá de los exámenes preventivos, que atiendan las principales causas de mortalidad de los hombres, agrega Güida.