Los "indignados" de Londres seguirán acampados a los pies de la catedral de San Pablo al menos hasta enero de 2012, después de que un tribunal británico se reservara hoy su decisión sobre la petición de desalojo. Así lo determinó el juez Keith Lindblom, del Tribunal Superior de Londres, al término de un juicio celebrado desde el pasado lunes, según informó la cadena pública BBC.
Más de un centenar de tiendas de campaña están instaladas en pleno centro financiero de Londres desde el pasado 15 de octubre, y las autoridades de la City han presentado recursos para tratar de desalojarlos, si bien el proceso judicial se aventura largo.
La autoridad municipal del distrito de negocios londinense, la City of London Corporation, acusa a los manifestantes del grupo Occupy London de haber ignorado una orden para retirar de la calle sus tiendas de campaña y de estar provocando problemas en una zona turística.
El gobierno de la City argumenta que la protesta anticapitalista está bloqueando el paso a los transeúntes y dificulta a los turistas tomar fotografías de la catedral, levantada en el siglo XVII y ubicada cerca de la Bolsa de Londres.
Según la corporación, las visitas programadas de colegios al monumento se han reducido a la mitad desde que comenzó la protesta y los comercios locales han visto reducida su actividad hasta en un 35%.
Los indignados argumentan sin embargo que su campamento no impide que continúe la actividad religiosa en la catedral de San Pablo y que los tribunales deben salvaguardar la libertad de expresión.
Las autoridades municipales acudieron a los tribunales después de que fracasaran las negociaciones para que los miembros de Occupy London desistieran de su protesta después del Año Nuevo.
Además del campamento ante el templo, el movimiento ocupó asimismo la céntrica plaza de Finsbury Square, un edificio de oficinas vacío propiedad de la entidad financiera suiza UBS y un tribunal en desuso del este de Londres.