Susana Maturana (59) es profesora de biología y desde hace tres años es la encargada del laboratorio de ciencias de la escuela San Luis de Maipú. Había trabajado en colegios particulares, pero fue en este recinto escolar donde decidió acercar la ciencia a los niños, ayudándolos a crear productos que ellos mismos pudieran utilizar y, a la vez, abrir una nueva fuente de ingresos para sus familias.

Jabones y perfumes "Premium" fue la iniciativa que la docente impulsó en una pequeña sala improvisada como Centro de Investigación y Experimentación Científica. Un computador, pipetas, tubos de ensayo y una manguera de gas utilizada para acelerar los procesos de fabricación de los jabones son los elementos con los que trabajan a diario escolares de 6° a 8° básico del recinto, en talleres de dos horas a la semana.

El proceso lleva a los menores provenientes de sectores vulnerables a traer de sus casas los insumos para crear los productos a un bajo precio. Restos de aceites comestibles usados por sus padres, flores de lavanda, pocillos y moldes de silicona para dar forma a los jabones, son llevados por los escolares a la sala de clases para la fabricación de jabones de glicerina y naturales, con olores a vainilla y chocolate.

"Ellos decían cómo se podría hacer algo con un aceite sucio, pero eso se transforma con la soda cáustica en jabón y ya no vuelves a sentir el olor a pescado o papas fritas. Se asombran con tener sus productos y llevárselos a sus casas", cuenta la profesional, hija de un ingeniero químico.

Naomi de la Fuente tiene 14 años, cursa 6° básico y este año comenzó a producir sus propios jabones y perfumes. Sus cinco hermanos y padres hoy utilizan sus productos. "Es entretenido hacer los jabones, tenerlo en las manos. Yo en mi casa tengo uno de vainilla que yo mismo hice y los perfumes los ocupan como desodorante ambiental", cuenta la estudiante que vive en la villa San Luis. El interés que generó la iniciativa en la casa de Naomi llegó a tal punto que su madre intentará replicar su experiencia. Esto, debido a que desde este año Susana Maturana abrió los talleres a apoderados, durante las tardes de los miércoles.

La mayor producción de productos se produjo en 2010, durante una feria científica realizada en el colegio. Fueron 200 jabones y más de 50 perfumes los que se repartieron entre alumnos en esa oportunidad. La iniciativa es parte de los proyectos concursables adjudicados por el municipio de Maipú, entre colegios de la comuna, y que este año contempla la adjudicación de recursos por $90 millones.

"Nuestros sistemas educacionales mejoran a partir de la creatividad de los profesores y requieren que los estudiantes asuman la innovación como un valor a lograr", explica el alcalde Alberto Undurraga. En la escuela San Luis esperan lograr el interés de privados en la compra de estos productos o el apoyo para aumentar su producción.