Los Jaivas se miran el ombligo de su historia. Los Jaivas en permanente déjà vu. En 1983, tras un retorno a Chile de dos años antes, el conjunto llegó hasta el Festival de Viña del Mar para representar el show que resumía las canciones de Alturas de Machu Picchu (1981), la pieza esencial de su discografía. Trajes relativos a la fiesta de La Tirana y alusiones al mundo pagano del norte chileno eran parte del momento en vivo más recordado del grupo local.

El mismo con el que retornarán esta noche a la Quinta Vergara: el conjunto llegará al certamen para realizar un homenaje a los 30 años del álbum que musicalizó el popular poema de Pablo Neruda. El espectáculo ya acordó una extensión de 60 minutos y la recreación de la postal más representativa del grupo en esos años: uno de sus integrantes -que en esos días era el fallecido baterista Gabriel Parra- usando un disfraz propio de la diablada, con máscaras y movimientos que se ajustaban precisos a su mestizaje de rock y sonidos autóctonos. "El año pasado íbamos a hacer un homenaje al Bicentenario, pero el terremoto no nos dejó. Ahora tuvimos que cambiar el enfoque y poner el énfasis en los festejos de este disco", detalla el histórico bajista Mario Mutis ante el fallido espectáculo de 2010, el que darían justo en la jornada cancelada por el terremoto.

La idea de saludar al pasado se ha convertido en una constante para una agrupación hoy establecida en el estatus de leyenda. No lanzan un álbum con temas inéditos desde hace 16 años - con Hijos de la tierra (1995)- y su última travesía fue Arrebol (2001), donde mezclan un puñado de canciones nuevas con creaciones de obras anteriores. La pausa coincide con el deceso de dos de sus miembros -Eduardo "Gato" Alquinta, en 2003, y Eloy Alquinta, un año después- y se asemeja al traumático paréntesis abierto en 1988 con el accidente de Gabriel Parra.

"Nos ha costado retomar el hilo creativo tras su partida. No somos un par de personas que se junta y hace un álbum. Somos un conjunto que trabaja como familia. A eso hay que sumar que Eduardo Parra está fuera por enfermedad", dice Claudio Parra, apuntando a su hermano, hoy fuera del grupo por problemas de salud. "Son transiciones que duran lo que tienen que durar. No vamos a poner plazos. Pero sí habrá música nueva", anuncia Ankatu Alquinta, que se unió tras la muerte de su padre. "Siento que Viña puede servir para el cierre de una etapa y el inicio de otra. En el último tiempo nos hemos concentrado en rearmar la obra en vivo de la banda", se suma Carlos Cabezas, actual voz.

Bajo ese espíritu revisionista, los viñamarinos lanzarán este año el DVD Obras Cumbres, que recoge sus mejores shows del último tiempo.