Durante las celebraciones dieciocheras, la empanada, los asados, la chicha y las cuecas se convierten en protagonistas de las Fiestas Patrias. El sentimiento nacional aflora y las viejas costumbres se ponen de moda. Sin embargo, lo que entre los adultos surge con entusiasmo no sucede igual con los niños, que han ido perdiendo cercanía con los juegos tradicionales.
Para el ministro de Cultura, Roberto Ampuero, es importante que estos juegos se vinculen con talleres en los colegios. "Desde pequeños y como forma de incentivar esta práctica, debería enseñarse no sólo a cómo jugar, sino a hacer estos juguetes en talleres de carpintería".
Agregó, además, que de esta forma se evitaría el hecho de que se pierdan estas tradiciones por desconocimiento.
Alejandro Hermosilla es integrante de la Asociación Nacional del Folklore de Chile (Anfolchi) y explica que todos los juegos tradicionales han llegado al país a través de las distintas migraciones. "Uno de los más típicos es el emboque, que llegó originalmente en la época de la Colonia con una forma redonda, pero en Chile se acampanó, haciéndolo más fácil de embocar" (ver infografía).
Uno de los juegos que revive por estos días en las fondas es el palo ensebado y que consiste en un poste de madera de más de cinco metros de largo, bañado en grasa, lo que dificulta el ascenso.