Nada hacía pensar un desastre de tal calibre. Los buenos primeros minutos de los Lakers solo resultaron ser un espejismo. Los locales perdieron el control de la situación tomando penosas decisiones en ataque y dejando la responsabilidad en hombres como Ryan Kelly o Robert Sacre.
La penosa actitud de los locales fue de mal en peor, cuando en la segunda mitad, la brecha siguió en aumento y a pocos segundos del final, los Clippers superaban la barrera de los 50 puntos (91-142).
"Ellos olieron la sangre en el agua y nos mataron", explicó gráficamente Mike D'Antoni, el entrenador que ya ha pasado a la historia de los Lakers como el que ha recibido la mayor paliza de su gloriosa historia.
"No creo que los Clippers sean 48 puntos mejores que nosotros", analizó Jodie Meeks, mientras que el pívot Robert Sacre contestó a la prensa con los ojos llenos de lágrimas por la decepción: "Claro es vergonzosa una derrota como esta".
Esta fue la victoria de mayor margen de los Clippers sobre sus vecinos y la sexta de sus últimos siete duelos, entre los que se incluye la barrida en cuarto partidos en la temporada pasada.
La última ocasión en que los equipos se enfrentaron fue el 10 de enero, cuando los Clippers ganaron 123-87.