Son 17.00 horas y la señora Margarita Belmar, comienza a meter el pan amasado en el horno, el cual vende a sus vecinos. Cada cierto tiempo, una mosca intenta posarse en la masa, pero la espanta con un mantel. De pronto, un hedor penetrante invade el lugar y con este, se multiplican las moscas. "A esta hora casi no se siente, pero en la noche es insoportable", cuenta mientras señala los corrales de una empresa criadora de porcinos situada a unos cien metros de su casa.

"En la madrugada es insoportable, y qué decir de las moscas, nos gastamos un frasco de insecticida al día. Los niños viven enfermos del estómago y nosotros con dolores de cabeza por el hedor", dice la mujer, para luego añadir: "también por el olor a gas que a veces sale del vertedero".

Así es la realidad en la que viven algunos vecinos de las localidades de Montenegro y Rungue, en la comuna de Tiltil, una zona que no pocos se aventuran en señalar como el "patio trasero" de la Región Metropolitano. ¿La razón? En los 650 kilómetros cuadrados que tiene la comuna se emplazan la empresa de residuos domiciliarios KDM, el criadero de porcinos Porkland, un centro de biosólidos de perteneciente a Aguas Andinas y dos relaves mineros.

A estos se podría sumar un nuevo reductor de residuos tóxicos en el mediano plazo, lo que motivó una protesta de los vecinos el pasado 16 de agosto, manifestaciones que continuarán si se prosigue lo que los lugareños califican como "el abuso".

EL PUEBLO DEL OLVIDO

Cuatro kilómetros antes de arribar a la Plaza de Armas de Titlil, y a un costado del camino, se vislumbra el monumento del patriota Manuel Rodríguez. Fue en estas tierras, que el revolucionario realizó su última cabalgata antes de morir el 26 de Mayo de 1818. Las calles de Tiltil, comuna de poco más de 16 mil habitantes, están prácticamente vacías. Es la hora de la siesta.

Desde la plaza se pueden observar los últimos retoques del edificio de la alcaldía, que quedó con daños tras el terremoto de 2010. A un costado, se encuentra el único banco de la comuna, pero como muchos en el país, el cajero está fuera de servicio.

Tiltil es integrada por siete localidades, con un 52% de población urbana y un 48% rural. Es conocida por la producción de tunas y aceitunas, pero los últimos años, el rendimiento ha bajado: la sequía que ha golpeado sin tregua al sector. Ello queda en evidencia al llegar al embalse Rungue, situado en el kilómetro 54 de la ruta G-16. El crecimiento de maleza en una de sus orillas, denota la disminución del agua.

Hugo Moreno vive cerca del embalse. Hasta 1986 trabajó en la Empresa de Ferrocarriles del Estado cuando todavía existía un servicio de trenes para pasajeros que hacía la ruta desde Santiago a Valparaíso y que se detenía en Tiltil. Ahora, ve como por la misma línea férrea, la empresa KDM traslada la basura proveniente de Santiago.

"Aquí el problema más grave es la falta de agua y la contaminación. Necesitamos una solución, algún tipo de compensación de las empresas por lo que hacen", recalca.

Según Moreno, una parte importante del problema es la inexistencia de un Plan Regulador. "Nunca se ha hecho, según comentan por falta de recursos. Es necesario que la comuna cuente con uno, que ordene éste y otros temas".

A lo anterior, se suman otras falencias, como el suministro de agua potable y la falta de alcantarillado en algunas partes de la localidad, misma situación que se replica los sectores de Montenegro y en La Cumbre. "Aquí los camiones aljibe pasan dos veces al día y llenan la copa con agua. Tenemos agua un máximo de seis horas. En el verano es complejo", sostiene Belmar, la misma vecina que lidiar con los malos olores de la chanchera.

Según el alcalde, Nelson Orellana, la escasez de agua no sólo implica un gasto de unos $ 300 millones al año para el municipio, sino que además, ha impedido el desarrollo urbano. El último conjunto habitacional se levantó a mediados de los 90'. "Las limitantes que tenemos para poder crecer, es que si bien tenemos terrenos, no tenemos más factibilidad de agua para otros sectores", lamenta el edil.

El abandono y la sequía que actualmente enfrenta Tiltil han tenido un importante impacto en la precarización del empleo. "El 80% de nuestros vecinos trabajan en Santiago, aquí no tenemos loteos industriales que nos permitan que los vecinos trabajen acá y Tiltil se convierta en una comuna dormitorio", agrega el alcalde Orellana.

Ese es el caso de Ana Caballero, quien todos los días se traslada hasta el centro de Santiago a trabajar en una multitienda. "Me gasto 70 mil pesos mensuales en locomoción, muchas veces el bus se queda en pana y hay tacos", sostiene Caballero. Actualmente sólo dos líneas de buses atienden la demanda de los habitantes de Tiltil.

Estos problemas son los que buscará resolver el "Plan Tiltil" impulsado por la Intendencia Metropolitana, desde donde se designó al seremi de Minería, Guido Manríquez, para su preparación. "Lo primero será tomar medidas para que la empresa Porkland, regule el problema de malos olores, segundo resolver el tema de agua de Montenegro y una pasarela en Huertos Familiares", detalla el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien agregó que se apoyará al municipio para avanzar en la elaboración de un Plan Regulador.