Las cartas, poesías y dibujos que Miguel Angel Buonarroti trazó con su puño y letra se reúnen ahora en una exposición en Siena que traza un recorrido de la vida del artista renacentista italiano y testimonia su prolífica trayectoria con una selección de sus obras, desde cuadros a esculturas de bronce.
Desde hoy y hasta el 14 de noviembre, la exposición "La vita di Michelangelo" recorre la vida del autor del "David", a través de sus dibujos y su grafía, desde las primeras cartas y poesías, que escribió en su juventud, hasta su correspondencia más madura, cuando el artista rozaba los noventa años.
La muestra rinde especial homenaje a las obras que Miguel Ángel (Caprese, 1475- Roma, 1564) realizó en la ciudad de Siena, como las esculturas de San Pedro, San Pablo, San Agustín y San Gregorio que decoran el altar de la catedral, cuya construcción se documenta con dibujos de coetáneos al artista, como el arquitecto Giuliano Da Sangallo.
El recorrido recuerda los frecuentes viajes del Miguel Ángel a Roma y Carrara y su posterior desplazamiento a la capital, cuando fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro, así como la gestación de dos de sus grandes proyectos, la tumba de Julio II y la fachada de la Basílica de San Lorenzo de Florencia.
Los manuscritos se completan con una selección de cuadros, miniaturas, esculturas de bronce, medallas y grabados conservados en el archivo Buonarroti, propiedad de la Fundación Casa Buonarroti, que contiene el fondo más importante de documentos autógrafos del artista.
"A lo largo de estas líneas se encuentran testimonios gráficos muy valiosos, ya sean figuras o proyectos arquitectónicos elegidos con un apunte biográfico", según la comisaria y directora de la fundación, Pina Ragionieri, para quien la exposición "trata de ofrecer un testimonio visual" de la obra del artista.