Llegaron a Santiago el pasado domingo por la tarde, caminan sin despertar demasiada atención y apenas se ganan un par de chillidos nerviosos por parte de los fans que han montado vigilia en el hotel y el estadio. Eso sí, pese al carácter casi anónimo de sus primeros pasos en Santiago, constituyen un trozo fundamental del espectáculo que Lady Gaga dará esta noche en el Estadio Nacional: se trata de Haus of Gaga, el team creativo que funciona como cerebro de su puesta en escena y que está a cargo de todo lo que se verá en la primera vez de la estadounidense en la capital.

Básicamente, es un grupo de cerca de 30 personas -entre asistentes, maquilladores, estilistas, peluqueros y coreógrafos- que forman su círculo de hierro y que la propia artista se encarga de reclutar en distintas instancias, desde sus amistades más fieles hasta desconocidos con talento que conoce en sus viajes y giras. De hecho, gran parte de sus miembros trabajan con ella desde 2008 -en los albores de su fama- y su fundador y primer director fue Matthew Williams, ex novio de la voz de Poker face y que abandonó la iniciativa junto con el quiebre de la relación.

En contraparte, también hay créditos con vínculos menos estrechos: a Santiago llegó como parte del equipo la dibujante británica Helen Green, fichada por la artista a través de su Twitter, la misma que luce 31 millones de seguidores. A mediados de año, la inglesa le envió varios tweet a la neoyorquina con dibujos y retratos que ilustraban diversas etapas de su carrera, lo que llevó a invitarla, en plena red social, a su séquito creativo.

Con otros la alianza ha sido más formal, aunque igual de intensa. Nicola Formichetti es diseñador de origen japonés, director de la revista Vogue para ese país y, desde mayo de 2009, es uno de los jefes máximos de Haus of Gaga y encargado de todos los cuadros visuales montados en sus shows y videoclips (ver reseñas abajo).

Por ejemplo, su recital de esta noche está formado por un promedio de 10 momentos donde la artista se cambia de ropa -un total de 15 veces durante la velada-, ofrece distintos cuadros coreográficos y, sobre todo, utiliza de diversas maneras el castillo de tres pisos que se devora casi toda su puesta en escena. Ahí se hace patente uno de los requisitos no explícitos establecidos por la norteamericana para integrar el team: el amor por el legado de Andy Warhol. De hecho, aparecen imágenes de Gaga bajo la inspiración del artista pop.

Las puertas para su show en el Nacional se abren a las 16 horas. A las 19.30 empezarán las presentaciones de los teloneros, Lady Starlight y The Darkness. Ambos ya están en Santiago y ayer salieron a saludar a los fans agolpados en el hotel W e hicieron actividades promocionales. El arribo de la estrella de la noche estaba proyectado para esta mañana, menos de 24 horas del concierto que, según estiman sus organizadores, espera juntar a 45 mil personas.

Poker face, 2008
Aunque tímidamente, pensando en lo que llegaría a proponer después, acá están casi todos los temas que obsesionan a Gaga, cuyo éxito no se explica si se pasan por alto sus videos. Acá muestra su sentido de la estética o, dicho de otra forma, la manera en que elige exhibirse y lo que le interesa. En una mansión de gusto de nuevo rico, baila, se contorsiona y juega strip poker (hay un placement descarado de una casa de apuestas). Llega el coro y, en traje futurista, lidera una coreografía al borde de una piscina con luces y vapor. No hay ironías: es el cliché de la vida de popstar que anhelaba.

Bad Romance, 2009
Su video más conocido es también el más logrado. Algo tendrá que ver la mano del director Francis Lawrence, el mismo tras películas como Soy leyenda (aunque la cantante, vez que puede, aclara que es ella la que lidera un equipo encargado de todo lo relativo a su estética). Gaga y sus bailarinas protagonizan una suerte de fantasía futurista, más dramática que alegre, plagada de fetiches e imágenes sugerentes pensadas para intrigar o fascinar. Algunas forman parte de su imaginario habitual, como su obsesión por los anteojos únicos y estrambóticos o su concepción casi alienígena del cuerpo.

Telephone, 2010
Para Paparazzi y Telephone contrató al exitoso director Jonas Akerlund y tienta sospechar que debió considerarlo, sobre todo, por sus estilizados trabajos con Madonna (Ray of light, Music). En Telephone muestra su faceta más actoral. Se trata de una suerte de cortometraje con reminiscencias a Thelma & Louise y el cine de Tarantino (con mucho placement, también). Allí, Gaga y Beyonce -con maquillaje colorido y vestimenta más que trabajada- coquetean entre ellas, envenenan a los clientes de un local y se fugan en una camioneta que dice "pussy wagon". Y bailan bien, claro.