Claudio y Sandra saben que sus hijos, Pato y Lola, respectivamente, no son niños comunes y corrientes. Les cuesta más hacer amigos que resolver una operación matemática, y rara vez son invitados a cumpleaños. Encima, sus problemas conductuales acaban de provocar la expulsión de ambos: así es como una tarde cualquiera, Claudio -joven soltero y profesional extranjero- y Sandra -una mujer presa hace años de un mal matrimonio- se topan en una reunión de padres en la nueva escuela de sus hijos, en los suburbios del Buenos Aires de hoy.

Así arranca Los monstruos, el primer musical escrito y dirigido por el argentino Emiliano Dionisi (1985) que entre el 9 y 19 de marzo abrirá la temporada 2017 del Teatro Municipal de Las Condes. Lo hará con varios galardones sobre su repisa: además de ganar la Bienal de Arte Joven de la Ciudad de Buenos Aires en 2015, la obra arrasó en los últimos premios Hugo, donde se quedó con las categorías a Mejor musical, Mejor actuación protagónica femenina (para Natalia Cociuffo), Mejor actuación protagónica masculina (para Mariano Chiesa) y Mejor dirección general, entre otros.

Dionisi, quien ya trajo a Chile su versión de la historia de amor shakespeareana, en Romeo y Julieta de bolsillo, cuenta que hacía tiempo quería explorar el género musical: "Siempre me gustaron los musicales y vi tantos como pude, de pequeñas a grandes producciones, tanto argentinas como extranjeras. La curiosidad de someter a una de mis historias a ese formato estuvo siempre ahí. La música es un arma poderosa que ataca las emociones, y quería que las palabras entraran por un costado mucho más sensorial y potente", dice al teléfono desde Buenos Aires, donde Los monstruos cerrará pronto su temporada anual en el teatro El Picadero, la sala en la que ya suma más de 15 mil espectadores.

Sin sus hijos en escena, los padres exponen temas como el abuso y el bullyng, además de encumbrar un descarnado retrato de los niños que pasan de víctimas a victimarios bajo la tutela de padres inexpertos e incluso crueles, como Claudio y Sandra. "Es una historia que nos atraviesa a todos. Si no fuiste padre, fuiste hijo, y si no alguien te crió. No creo en la disfuncionalidad familiar, sino en la idea de que cada una se las rebusca para permanecer unida. Lo que sí creo, y otros no, es que no todo está dicho con respecto a ese núcleo: tanto padres como hijos pueden ser crueles villanos en sus propias familias", dice Dionisi.

Acompañados de cuatro músicos, Cociuffo y Chiesa entonan canciones para a ratos interpelarse el uno al otro o reprender a sus hijos y al resto. "La palabra hablada a veces queda corta, y nuestra idea era que las canciones no fuesen decorativas ni explicativas, sino una explosión de emociones", concluye.