Los motivos del fracaso de la conciliación entre Corfo y SQM
SQM, Potash y Julio Ponce decidieron terminar el proceso, porque Bitran pedía cambios accionarios que no eran propios del arbitraje.
El lunes por la mañana, los abogados de SQM en el proceso arbitral con la Corfo por el Salar de Atacama y los abogados de Potash Corp., los canadienses socios de las cascadas de Julio Ponce en la minera no metálica, llegaron a una conclusión fatal: alcanzar un acuerdo con Eduardo Bitran, vicepresidente de la Corfo, era imposible. Y así lo demostraron por la tarde cuando se reunieron con el juez árbitro, Héctor Humeres, y el mismo Patricio de Solminihac, gerente general de SQM, dejó en claro que no habían llegado con ninguna propuesta de conciliación para ofrecer. Y ahí se acabó todo.
"No hay conciliación entre Corfo y Soquimich, y por tanto mantenemos nuestra exigencia inicial de devolución anticipada del Salar de Atacama por parte de la empresa. Esperamos que el Tribunal acoja nuestras pretensiones poniendo término anticipado a los contratos. En caso contrario, la cuota de litio autorizada originalmente para SQM se extinguirá completamente a más tardar el año 2023, según la extracción proyectada", leyó desde un comunicado público Eduardo Bitran en las oficinas de la Corfo.
Por su parte, SQM respondió por la misma vía, indicando que "esta etapa (la conciliación) ha concluido sin que se haya llegado a acuerdo entre las partes, por lo que estos procesos continuarán su tramitación normal. SQM reitera su convicción de haber cumplido con sus obligaciones en su relación contractual con Corfo y mantiene su disposición a llegar a un acuerdo con Corfo, que permita generar valor para ambas partes y el país".
El principal punto que hizo fracasar las negociaciones fue que Corfo ha reiterado en numerosas ocasiones que lograron un acuerdo "de los mejores del mundo" con Albermarle, el otro operador en el Salar de Atacama, y a los cuales les fijó la operación hasta el 2044, siendo que antes no tenían acordado un pago de royalty ni un año de expiración. Eso, a SQM, a Potash y a Ponce les habría molestado, porque Bitran estaba pidiendo que las cascadas cedieran el control de la compañía, pero sin dar más años para operar más allá que en 2030, año en el cual termina formalmente el contrato entre la minera y el Estado.
"Según trascendidos de prensa, el controlador de SQM ha exigido la extensión del contrato, sin licitación, más allá del 2030. Queremos señalar, sin ambigüedades, que esto es inaceptable, ya que no existe fundamento jurídico, económico ni de interés público que pueda justificar un trato directo entre Corfo y SQM, obviando la licitación establecida para el 2030 en el contrato vigente. Muy diferente de la situación de Albemarle, cuyo contrato no tenía fecha de término y ahora sí", reiteró Bitran hoy.
Y justamente, por la tarde, cercanos al proceso, no lograban entender la comparación que hacía Bitran de ambos contratos y comentaban que no había argumentos jurídicos, económicos ni de interés público para no aumentar los años a SQM, porque Corfo podría, perfectamente, haber licitado la cuota de extracción que tenía Albermale y en un proceso competitivo incluso habría obtenido más beneficios que los actuales que están firmados desde enero de este año.
La propuesta de Corfo
Eso sí, cuando se sentaron todos en el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago, Corfo llegó con un extenso documento como propuesta de conciliación. En él se explicaba que estaban dispuestos a extender la cuota de extracción, solo hasta 2030, a cambio de la modificación de los contratos para aumentar las renta de arrendamiento al mismo nivel del contrato de Albemarle (hasta 40%); la reserva del 25% de la producción para vender en Chile a eventuales interesados en agregar valor al litio; el cumplimiento irrestricto de las normas ambientales, y la restitución de derechos de agua y mineros al Estado de Chile.
SQM, en cambio, no llegó con ninguna propuesta, y le dijo al árbitro Humeres que ellos no podían forzar a un accionista a vender sus acciones o perder el control, para avanzar en un proceso que es directo entre Corfo y SQM, no con Ponce. Y se cerró el capítulo, dando por concluido la última esperanza de negociar en el proceso arbitral.
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