Entre el 9 y el 11 de octubre, en Toronto, se realizará el pleno de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) y se elegirá a la sede de los Juegos Panamericanos para 2019, que Santiago disputa con Lima, la venezolana Ciudad Bolívar y la argentina La Punta.
Por ahora, los cálculos nacionales son optimistas. La gira a mitad de año y las dos visitas de delegaciones en septiembre ayudaron a convencer a algunos indecisos y permitió proyectar dentro del comité los sufragios que se obtendrían en Canadá. "Pueden ser 22 votos, dos más o dos menos, pero ése es el cálculo que hacemos", dicen en el grupo de trabajo. Para ganar la nominación se necesitan 29 preferencias de las 57 de la asamblea.
Aunque son 42 los miembros, hay 10 países que valen más de un voto. Son los que ya realizaron un evento anteriormente; por cada juego hecho suman un punto. Por esto, México tiene la mayor cuota, con cuatro sufragios, y es una de las delegaciones clave para cargar la balanza. Las otras son Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos (tres votos cada uno), Colombia, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela (dos).
Pese al optimismo, hay mesura en los chilenos. Por un lado, falta conquistar algunos países. "Creemos que hay un 15% de votos indecisos y estas semanas son claves para cerrarlos", aseguran en la delegación.
El otro factor es la arremetida de Ciudad Bolívar. "En el último tiempo, los venezolanos comenzaron a hacer lo mismo que nosotros, con giras y visitas a sus instalaciones, pero no creo que les alcance para ganar", comentan. En este caso, Lima sería la más perjudicada, ya que los "llaneros" les robarían algunas de sus preferencias.
Lo seguro es que la elección en Toronto se vaya a segunda vuelta, donde pasarán las dos mayores votaciones. Estas serían Santiago y Lima, lo que desataría una intensa negociación con las derrotadas para quedarse con sus opciones.