El trío de empleados enfurecidos y dispuestos a la venganza contra sus empleadores, junto a divertidos villanos, vuelve con la secuela de Quiero matar a mi jefe. Con la primera lograron una recaudación de US$209 millones en 2011, lo cual parece ser razón suficiente para realizar una segunda parte. Esta vez, los tres amigos, cansados nuevamente de cumplir órdenes de otros, deciden convertirse en sus propios jefes formando un negocio propio, pero en el camino tendrán que secuestrar a alguien, lo cual la convierte también en una película de acción.

Además del elenco compuesto por Jason Sudeikis, Jason Bateman, Chris Pine, Christoph Waltz, Kevin Spacey, y Jamie Foxx, se encuentra nuevamente la loca y despiadada jefa, interpretada por Jennifer Aniston, quien sigue cumpliendo con su rol de tirana sexy. La comedia se estrena el próximo jueves 27 en los cines del país, simultáneamente con Estados Unidos.

No es el único estreno que prepara Aniston esta temporada. Además de la comedia, género en el que más ha incursionado la actriz en los últimos años, también intenta una nueva reinvención, incluso apostando por encontrar un lugar en la carrera por el Oscar, con la cinta Cake. En este drama, Aniston interpreta a una mujer que sufre un accidente automovilístico y queda marcada física y emocionalmente, con dolores crónicos, convirtiéndose en adicta a las pastillas y al alcohol, y que además aleja de su vida a todos los que quieren ayudarla.

Luego vendrá el suicidio de una conocida, con el que el personaje se obsesionará, y a través de ese seguimiento comienza a enamorarse del viudo. Para el papel, y como suele suceder con algunas actrices ansiosas por ser reconocidas en el mundo dramático, la actriz hace una transformación de su glamoroso look de siempre, apareciendo totalmente desmaquillada, con varias cicatrices en la piel. La cinta independiente tuvo muy buena llegada en el último Festival de Cine de Toronto, donde fue estrenada.