Estos son días difíciles para los integrantes de la fundación Desafío Levantemos Chile. El domingo se cumple un año del accidente del Casa 212 en Juan Fernández, avión en el que viajaban seis miembros de la organización y entre los cuales estaba su fundador Felipe Cubillos, por eso se preparan para conmemorar la fecha y continuar con la labor que los fallecidos no pudieron terminar.

El presidente del directorio de Desafío, Cristián Goldberg, cuenta además que el trabajo en el archipiélago lejos de disminuir, aumentó y que "Juan Fernández está siempre en nuestro corazón".

"La primera vez que fuimos con Felipe a instalar la escuela fue el 26 de marzo del año 2010 y ahí todos nos prendimos con Juan Fernández, la verdad es que lejos el lugar que estaba más devastado, era un lugar muy potente para ayudar. Primero se hizo la escuela, luego de eso se empezó a ayudar al comercio de forma que supieran reconstruir y a eso iban ellos (las víctimas del accidente), a mostrar lo que se había hecho", recuerda Goldberg.

El presidente del Desafío señala además que la ayuda se ha mantenido en el tiempo. "Se sigue apoyando a los 750 habitantes de la isla, en apoyos empresariales, en apoyos turísticos, y ahora nos conseguimos los fondos para comprar el terreno donde se va a instalar la escuela definitiva, así que también esa es otra gestión que hemos hecho", agrega Goldberg.

En cuanto a las cosas que se han realizado durante este año en la isla, están un punto limpio para reciclar la basura que antes se lanzaba al mar y que lleva el nombre de Joaquín Arnolds, ingeniero comercial que además era el coordinador del proyecto Desafío Challenge, que contemplaba una competencia de deporte extremo en Juan Fernández.

Cristián Goldberg agrega que además en la isla se están realizando proyectos "de energía eólica, un proyecto de energía solar, estamos poniendo una planta de fuerza inversa en el aeropuerto para que tenga agua potable, estamos apoyando a una radio local que se llama Picaflor Rojo de tal forma que tenga mejor cobertura, se hizo la carrera de Juan Fernández, que era el objetivo para el que iban Joel y Jorge, que fue todo un éxito el 21 de mayo, de tal forma de poner a la isla en el contexto mundial".

"LO MAS FACIL HABRIA SIDO LLORAR"
El presidente del directorio cuenta que tras el accidente la fundación no se detuvo. En ese momento, las oficinas del Desafío, que se ubican en un terreno donado por la municipalidad de Las Condes, no estaban terminadas. Felipe Cubillos no alcanzó a ver el lugar, pero su presencia se mantiene al igual que la de los otros miembros que fallecieron en el accidente.

"Creo que la única culpa que tenemos todos es que nos dedicamos a trabajar cien por ciento concentrados en ayudar y nunca hicimos el duelo, y eso en algún minuto a cada uno de nosotros nos pasó la cuenta y nos enseñó. Yo creo que eso nos pasó a todos, que al final en vez de llorar, trabajábamos, en vez de llorar, hacíamos la pega, pero en algún minuto te pasa la cuenta. Diría que no fue duro, pero obviamente tampoco fue fácil", dice Goldberg al recordar los momentos tras el accidente.

"<em><strong>Lo más fácil habría sido llorar e irnos para la casa, pero no, aquí hay honor y ese honor hay que respetarlo</strong></em>".

Cristián Goldberg asegura que la fundación continuó por un tema de "honor, de honrar a los que fallecieron", y porque finalmente, "todo el mundo entiende que Desafío no es Felipe". "Para nosotros lo más fácil habría sido llorar e irnos para la casa, pero no, aquí hay honor y ese honor hay que respetarlo y eso lo demuestra el equipo que está trabajando aquí. Y este esfuerzo es de todos, aquí hay un esfuerzo de muchos voluntarios, del directorio de Desafío", agrega.

El accidente además, motivó a muchas personas a unirse a la fundación. "Nos dimos cuenta que podíamos tener una fundación ultra eficiente. Lo único que queremos es que se formen desafíos en todas las regiones del país, de hecho ya tenemos en Antofagasta un equipo grande, en Talca, tenemos un equipo en Concepción, y en Puerto Montt funcionando y otro en Punta Arenas", dice.

"NOS SENTIMOS ACOMPAÑADOS"

El contacto entre las familias de las seis víctimas y la fundación no terminó tras el accidente. La hija mayor de Felipe Cubillos, Amalia, es parte del directorio y trabaja a tiempo completo en la división de voluntarios. Además, se espera que durante la ceremonia que se realizará en la sede de la fundación este sábado, hable un representante de cada familia. "Siempre hemos estado en contacto", asegura Goldberg.

En cuanto a la continuidad del Desafío sin su fundador, Cristián Goldberg asegura que "sin ser místico", la presencia de Felipe Cubillos y el resto de víctimas ha estado siempre.

"Nos han preguntado muchas veces qué significa la fundación sin Felipe, sin Sebastián y sin el Joaco, nosotros nos sentimos permanentemente acompañados por ellos, y no es que sea místico, sino que en muchos casos cuando nos ha faltado alguna respuesta hemos ido al decálogo que hizo Felipe y muchos libros, informaciones, escrituras de Joaquín, también en eso hemos encontrado las respuestas, entonces realmente no es que desafío esté sin Felipe, Felipe está presente en todas las cosas que hemos hecho", agrega Goldberg.

Cristián Goldberg puntualiza que lo más importante es que la esencia de la fundación no se perdió después del accidente. "Fue dramático para nosotros, pero seguimos profundizando ese concepto que es mostrar a la gente que puede ayudar", indicó.