La vergonzosa actuación chilena en el Sudamericano Sub 20 de Uruguay deja pocas conclusiones deportivas. Administrativas y dirigenciales, sin embargo, las lecciones son muchas luego de un proceso que nunca pareció serio y que terminó con Chile completando su peor actuación en un torneo sudamericano de la categoría en 30 años.
Terminaba 2013 y Mario Salas, gestor de un próspero proceso que culminó en los cuartos de final del Mundial sub 20 de Turquía, dejaba su cargo en la Rojita luego de un altercado con Alejandro Tocalli, preparador físico del equipo e hijo de Hugo, el hoy entrenador de la Sub 20 y quien en julio de ese año había llegado al país como jefe técnico de selecciones menores.
EL DT y el PF discutieron fuerte en Iquique, en el marco de una gira de preparación del equipo y pese a que, según contaría Salas días después, la ANFP intentó mediar ante las partes para mantener una sana convicencia, el despido del ahora técnico de Universidad Católica ya estaba sentenciado. "Es él o yo. Los dos no podemos estar juntos", se le escuchó decir a Hugo Tocalli, poniendo a la ANFP en una dura encrucijada.
Todo se resolvería con el despido de Mario Salas. En Quilín, más allá de sentir la partida del hoy técnico de la UC, pensaron que la permanencia de Tocalli era un seguro de garantía de éxito deportivo que no se podía perder.
Apenas tres semanas más tarde y con el anhelo de no interrumpir el proceso del equipo, que desde entonces venía preparándose para el certamen uruguayo, se anunció la llegada de Claudio Vivas, director técnico argentino que tenía como máximo antecedente en su curriculum un largo camino como ayudante técnico de Marcelo Bielsa. Como entrenador de equipos profesionales, sólo acumulaba fracasos. Sin embargo, Tocalli se la jugó fuerte por su compatriota.
El proceso de Vivas, no obstante, estuvo lejos de producir los frutos esperados. Y luego de conseguir apenas cuatro triunfos en 23 partidos, con una paupérrima actuación en el torneo Esperanzas de Toulon incluida, el entrenador fue cesado de sus funciones. El equipo volvía a estar en el aire.
Tras el nuevo despido fue el propio Hugo Tocalli quien tomó las riendas del equipo. Con la premura del tiempo, no había mucho margen para experimentos y los trabajos comenzaron inmediatamente. El Sudamericano, y los cupos para el Mundial, los Juegos Olímpicos y Panamericanos, estaban a la vuelta de la esquina.
No obstante, el equipo nacional carecía de reales argumentos para competir en el torneo juvenil. Con un plantel con escasa experiencia en el profesionalismo, selecciones como Brasil, Colombia y Uruguay lucían como rivales insuperables. Y así no más fue, con una realidad que golpeó más duro de los esperado. Un Chile tímido, desordenado y con escasa vergüenza deportiva, se despedíría de la peor manera de Maldonado.
Hoy, el panorama no es auspicioso para el ex técnico de Colo Colo. Pese a tener contrato en su cargo de jefe técnico hasta fin de año, el propio Sergio Jadue dejó todo en suspenso al asegurar: "No estamos en condiciones de ratificar nada (…) Esto es un fracaso por dónde se lo mire". En su regreso a Chile, seguro, Tocalli tendrá que dar varias explicaciones. El futuro de la Sub 20 y del fútbol joven chileno está al borde del abismo.